Marta Pirén, una gran artista vecina de Glew
“Yo vivo en Glew desde hace 30 años, mis raíces están en Glew”, exclama la cantante.
Marta Pirén cuenta que su identidad la construyó en la ciudad, en la cual nacieron sus hijos, quienes también se reconocen como nativos de Glew. Al respecto, expresa que su identidad también se construyó a través de sus hijos, tal como explica: “No porque deje de ser propia mi vida sino que la vida de un hijo para un padre es muy importante.”
Por ello, resalta que la identidad más personal está en las cosas más íntimas de su vida con su familia, como mujer, mamá y esa construcción la logró en Glew.
“La mayor parte de mi vida esta acá en Glew, tenía 30 cuando me mudé aquí. Me cuesta pensarme en otro lugar que no sea Glew”, reflexiona mientras rememora los árboles, el terreno que habitó por primera vez y la casa donde nació una de sus hijas. Cabe mencionar que la cantante local se caracterizó por tener un repertorio musical relacionado a la región austral pero, año tras año, también fue incorporando otras variantes.
Pirén ha grabado varios discos y compartió escenario de Cosquín con artistas destacados como Eduardo Falú, Víctor Heredia, Teresa Parodi y más figuras. Pero lo cierto es que sus acciones y sus canciones confluyen en una misma cosa: Su fuerte compromiso ante una problemática social. En este caso, el fuerte compromiso con la Patagonia lo dejó plasmado en su música, y también en su esfera más personal. Por ejemplo, en los nombres mapuches de sus hijos, a la vez que Marta cuenta que sus hijos heredaron mucho de los valores como el derecho a la igualdad.
Su amor por el sur
Comenzó a los 17 años… “Algo había dentro de mí que se perfiló para el lado del sur por algún motivo, pero había algo que me hacía ser una persona que me comprometía con algo siempre. Sobre todo con la justicia, con la desvalorización de algunas personas”, detalla.
Así es como en el año 1974, Marta descubrió lo que era el cancionero de la Patagonia. “Tus tierras tenían cumbreras de cielo, el valle era tuyo el bosque también, hermano pehuenche, yo entiendo tu pena eterna, en el agua que vuelve a llover”, frase que le llamó mucho la atención, y a partir de entonces comenzó su búsqueda por conocer más sobre los autores, y sus letras. Así empezó su camino en cuanto al conocimiento por las tierras del sur, sin haber ido hasta ese momento a la Patagonia.
“Me empecé a acercar por gusto musical, me gustaban artistas que cantaban temas con mucho compromiso”. Asimismo, la cantante recuerda que el primer recital que cantó temas acerca de la Patagonia fue en su escuela teniendo el honor de cantar con Cacho Tirao. Luego, alrededor de los 21 años empezó la verdadera historia cuando comenzó a viajar al sur, y a través de un trato muy respetuoso se contactó con la gente del lugar. “Ahí descubrí que había otra historia que no contaban los libros”. Por este motivo, resalta la importancia del conocimiento, y asociarlo con el arte. Allí conoció las comunidades indígenas mapuches de cerca, y desde entonces se propuso difundir esa cultura.
Su paso por los escenarios locales
Por su parte, la artista local repasa las veces que cantó en instituciones que se encuentran en Glew como la Fundación Soldi y que tiene aprecio por cada una de las entidades de la localidad como así por su gente. Al respecto, recuerda artistas que han transitado el camino musical en Glew, como el Vasco Echeverría: “Ha sido un hombre por el cual siempre he guardado un enorme respeto. Lo veías transitar en las calles de Glew con su bicicleta y siempre vestido con bombacha de campo”, expresa. Además, menciona a Marta Monteagudo con quien tuvo el honor de compartir espectáculo de tango en la Fundación. “Ella apostó muchísimo por Glew y trabajó muchísimo por la cultura de Glew”, destaca. Asimismo, la cantante recuerda cuando la Fundación Soldi es donada por el artista plástico, y la invitaron a cantar para la inauguración, momento en el cual interpretó dos temas referidos al sur.