11 de septiembre: Golpe de estado en Chile y muerte del presidente Salvador Allende

El 11 de septiembre de 1973 se llevó a cabo en Chile el golpe militar del general Augusto Pinochet, patrocinado por Estados Unidos, para derrocar el Gobierno democrático presidido por el socialista Salvador Allende.

Salvador Allende era médico y fue electo democráticamente por el pueblo chileno en noviembre de 1970 como candidato de la Unidad Popular, conformada por seis partidos de izquierda. Su programa de gobierno incluyó la nacionalización de las minas de cobre, principal rubro de exportación del país, la redistribución de tierras, el impulso de la economía y el apoyo de la autonomía del país respecto de los Estados Unidos.

A la vez, incrementaría las relaciones con Cuba, el bloque socialista y los países no alineados. La intervención de Estados Unidos no se hizo esperar. Impuesto el bloqueo económico, la burguesía, la derecha chilena y sectores de la clase media enfrentaron al gobierno de Allende mediante huelgas y una pertinaz campaña mediática en su contra.

Tanto  la prensa escrita, como la televisión y la radio atacaron al gobierno permanentemente, y llevaron a cabo acciones encubiertas organizadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Departamento de Estado estadounidense. Los camioneros, apoyados por grupos de derecha, iniciaron nuevas huelgas en el mes de agosto. Allende creó entonces un Gabinete de Seguridad Nacional en el cual incluyó al general del ejército Augusto Pinochet, quien luego encabezaría el golpe de Estado del 11 de septiembre y cuya dictadura se extendió hasta marzo de 1990. Durante este período, fueron cometidas sistemáticas violaciones a los derechos humanos, se limitó la libertad de expresión, se suprimieron los partidos políticos y el Congreso Nacional fue disuelto.

Mientras unidades del ejército atacaban el palacio presidencial de La Moneda, en Santiago, y aviones militares lo bombardeaban, el presidente Allende luchaba  intentando defender a su patria del golpe fascista. El efecto de las bombas fue devastador; hasta que el presidente dispuso rendirse: ¡Bajen todos! ¡Dejen las armas y bajen! Yo lo haré al último, dijo. Luego Allende gritó ¡Allende no se rinde, milicos de mierda! y con el fusil AK-47 que le había regalado Fidel Castro se disparó en la barbilla, explotando la bóveda craneana y muriendo al instante.

El 11 de septiembre será recordado por los países de Latinoamérica como un homenaje a aquel Presidente que perdió la vida luchando por una patria libre: Salvador Allende.