Día del Periodista
Como es habitual el 7 de junio se celebra el día del periodista. Miles de colegas en todo el país se sienten reconocidos y son saludados ya sea por su compromiso con la realidad, porque reflejan una porción lo más fidedigna posible de la historia o porque todavía creen que esa credibilidad que les da la pantalla, el micrófono o el papel/computadora les permite reestablecer un vínculo con el otro en el análisis de las situaciones cotidianas.
El 7 de junio es el aniversario de ese primer periódico de Buenos Aires, que fundó Mariano Moreno, “La gaceta de Buenos Aires”, y que nos recuerda qué es lo que elegimos, cuando elegimos esta profesión quienes todos los días nos levantamos tratando de contar el mundo. Justamente es eso: contar una pequeña porción de la realidad, esperando que desde el otro lado alguien nos escuche, nos mire o nos lea; y que además, eso que les acercamos les sirva. Se llama disparador de la experiencia propia: no suprimimos la experiencia personal, solo alimentamos el interés, sobre temáticas particulares, nuevas, actuales o diferentes. Pero no somos diferentes al espectador.
Aquellos que estamos verdaderamente comprometidos con la profesión nos animamos a un poco más, a revertir las situaciones, a opinar sobre lo que creemos que es justo, y a brindarle al espectador, lector, oyente; una visión un poco más crítica y analítica de lo que vemos, esperando además darle un abanico de pluralidad lo suficientemente basto como para que no crea en nosotros, sino que obtenga sus propias conclusiones.
Muchas veces la tiranía del sistema en el que estamos inmersos complica la pluralidad del periodista, pero estamos convencidos de que cuando las convicciones son buenas somos perfectamente capaces de recrear ambientes, situaciones, personas y momentos que nos permiten esa complicidad de mostrar las cosas como son y muchas veces no como nos gustaría que fueran. Somos eso: un bicho raro contando una historia real, que con cientos de matices se nos posa ante los ojos.
Feliz día a todos los colegas que quieren contar partes de nuestro mundo así como lo hacemos nosotros.