La gestión y el trabajo en conjunto es parte de una política acertada
Eso es justamente lo que piensan los vecinos en las calles, lo que pedían hace tiempo con su mirada de desconcierto años anteriores, y lo que aparece no solamente en cada una de las reuniones que se llevan a cabo en torno a esa política, sino también cuando se empiezan a encontrar las soluciones, cuando se abordan los problemas con responsabilidad y con ideas concretas sobre cómo resolverlos.
Así es como se ve que empezaron a solucionarse los problemas en los barrios periféricos en materia de obras públicas, que llegan los trabajos en conjunto con los vecinos en materia de seguridad y que comienza una nueva etapa de gestión en lo que a la resolución de las problemáticas concretas se refiere.
No se trata solamente de levantar a un municipio que una vez brilló en el Gran Buenos Aires, y que estuvo desierto los últimos años, se trata también de entablar una nueva relación como sociedad y como componentes de un todo, que una vez más, comienzan a relacionarse entendiendo sus realidades, sus necesidades y sus derechos.
Conocer la realidad de quienes tenemos enfrente y al lado y quienes caminan junto con nosotros las mismas calles, nos permite ser parte de una mima historia y sentir que esa problemática que aqueja al vecino es la misma que vemos todos los días y que nos hace parte del mismo suelo. Demás está decir que en la medida que avanzamos en reconocernos como hermanos y nos recreamos como sociedad, también alcanzamos niveles mucho más humanos de sociedad y civilizados en cuanto a nuestro proceder, poblados de instituciones confiables que reflejan esa sociedad y sus intereses.
En el último editorial hablamos de libertad y de valor. Tener el valor de entender que nuestros derechos comienzan donde terminan los de los demás, es parte de relacionarnos con el entorno, y entonces construir un Distrito, una Provincia y una Nación en la cual vivir y de la que juntos seamos orgullosos, y unidos seamos todos responsables.