Devaluación del peso ante el fracaso de la reforma
La reforma fiscal, laboral y tributaria parece marchar al fracaso, la intención de gravar las bebidas alcohólica y gaseosas, perjudicando a las economías regionales ya se estancó, hasta Coca Cola amenaza al gobierno.
La CGT anunció, que no aceptará la quita de ninguno de los derechos que tienen hoy los trabajadores, los gobernadores no quieren resignar recursos provinciales para beneficiar a Mariu Vidal y el achicamiento del estado significa miles de trabajadores a la calle.
El “Plan Fitness” prevee reducir secretarías, unificar cuentas y cesantear al 10% de los trabajadores del estado, la cartera de Modernización que conduce Andrés Ibarra lo anunciará el próximo miércoles en la cumbre de Chapadmalal. El gobierno espera ponerlo en ejecución el 1º de Enero del próximo año.
Los trabajadores del Estado organizados en ATE resolvieron la convocatoria a una medida de fuerza para manifestarse en contra del proyecto de reforma laboral. “La laboral no es una reforma aislada, sino que es parte de una reforma previsional, de salud, educación y fiscal que institucionalizará el objetivo principal de la política de gobierno: Reducir lo que ellos llaman costos laborales, lo que implica un aumento de la tasa de ganancia empresaria y una reducción de los aportes patronales al sistema de seguridad social”, dijo Godoy.
La prueba que el gobierno piensa devaluar ante el fracaso de su política es Larreta, emitirá 9.000 millones de pesos argentinos la semana próxima para proteger la economía porteña de una eventual devaluación. Martín Mura y funcionarios de Hacienda harán un Road Show por Nueva York, Londres, Boston y Santiago Chile para colocar los papeles.
La deuda externa alcanza los 220.000 millones de dólares y, solo las lebacs alcanzan el billón de pesos, la única receta posible para evitar el estallido social es devaluar el peso argentino, la vieja receta de Cavallo.
Los intereses de la deuda alcanzan los 12.000 millones de dólares, exactamente igual a 2001, las lebac generan intereses del 28.5 % anual, unos 285.000 millones de pesos. El proyecto de Cambiemos parece inviable, salvo que los gobernantes sean los prestamistas externos.
Los Estados Unidos exigieron el consenso de los peronistas y trabajadores para invertir en la Argentina, se lo dijeron a Macri en la cara.
La única forma que le queda al gobierno para reducir salarios y jubilaciones es la devaluación, otro desastre planificado por los gerentes de Cambiemos.