El racismo étnico de Gendarmería “Estuve cuatro días garroteando indios”
Pasaron más de 50 días de la desaparición de Santiago Maldonado. La última vez que se lo vio lo seguía de cerca un grupo de gendarmes, a la vera del río Chubut. En estos más de 50 días, ni el desplazado juez Otranto, ni la fiscal Ávila, han querido ayudar a relevar lo que sucedió el mediodía del 1° de agosto.
En esa trama de encubrimiento, ha jugado un rol indudable el Gobierno nacional. Como le dijo el 16 de agosto el funcionario Daniel Barberis a un grupo de gendarmes que participaba de una “investigación interna” del Ministerio de Seguridad, “todo lo que me están diciendo, es nuestra línea. Su planteo, es nuestro planteo. Es más. Nosotros el domingo pasado tuvimos que hacer un montón de cosas para que el juez haga el informe que hizo. ¿Ustedes leyeron ese informe?”.
Uno de los 4 gendarmes que escuchaba atento era Daniel Gómez, integrante del Escuadrón 35 de El Bolsón, jefe del Grupo Especializado en Alta Montaña y jefe de la Sección Núcleo. Gómez jugaría un importante rol en el operativo del 1° de agosto, y en la preparación de los testimonios y respuestas de los hombres de la fuerza. “Todos hicimos lo mismo, todo vimos lo mismo” es uno de sus lemas.
En los últimos días fueron incorporados al expediente los primeros datos de las pericias realizadas por la Policía Federal a 70 teléfonos de la fuerza, e informes brindados por el propio Ministerio de Seguridad. Aún con los límites que sin dudas tienen los informes, permiten conocer parte del pensamiento y el modus operandi con que se manejó la fuerza antes, durante y después de la represión en que desapareció Santiago.
Diálogo con Emanuel Echazú (31/7).
Echazú: Ya le informé al jefe, estamos esperando oficio del juzgado. Lo que me dijo la doctora es que me va a enviar un oficio, que en caso de ser necesario se actúe en consecuencia.
Gómez: Bueno, fíjate que vaya a sala de armas y que (retire) las escopetas con postas de goma, a todos. Chaleco antibalas a todo el mundo, y escopetas a todos los suboficiales que sepan disparar. Vos conseguime todas las escopetas esas, más las que yo tengo acá, y yo te despejo la ruta, no tengo drama. Si boludo, ahora porque tengo una sola, pero cuando tenga 50 con escopeta atrás, tomá que van a revolear piedras… a la nuca.
Echazú: Nos los dejaron acercar directamente…
Gómez: Sabés cuál es el quilombo Echazú, que en Bariloche detuvieron a dos de estos. Hicieron quilombo, fue Policía y Gendarmería, los garroteó y sacó a dos mujeres. (…) Y tratá de averiguar en Bariloche, si es cierto que le sacudieron las plumas a los indios y quedaron dos presos. Porque por eso es que nos recibieron caliente.
Charla con un amigo de la fuerza (3/8).
Gómez: Con el tema de los indios, ahora recién puedo descansar un poco. Me cagaron mal, como cuatro días estuve en Leleque, durmiendo en el camión, garroteando a los indios.
Diálogo con personal de la Dirección de Región (4/8).
Gendarme: Te pido que me prestés atención 5 minutos, tengo que hacer una “línea de tiempo” para la Dirección Nacional. (…) ¿Cuándo se provocaron los incidentes?
Gómez: Fue a las 11, 12 del mediodía. Un vehículo gris ingresa a la casilla pedorra, sale de la casilla, un vehículo de Esquel lo persigue para identificar las personas, y cuando el vehículo de Esquel pasa la casilla pedorra de los mapuches, ahí salen y cortan la ruta.
Gómez: Ahí estaba el segundo jefe de Esquel a cargo, entonces se produce el corte, y se va Esquel y el Bolsón a despejar la ruta, cuando nos acercamos los hijos de puta nos tiran piedras y ahí empezamos con los corchazos nosotros. Despejamos la ruta, y nos siguen tiran piedras desde el terreno, y ahí le rompen la cabeza a los dos milicos nuestros*. Y ahí entonces nos metemos en el terreno y les damos corchazos para que tengan. Y ahí cruzaron a nado el río Chubut.
* (Los dos efectivos, Echazú y Yañez, habrían sido heridos adentro del predio en realidad)
Charla con el gendarme Vera (6/8).
Gómez: ¿Todo tranqui ahí? ¿Terminó la porquería de pericia de la Federal ahí?
Vera: Están haciendo el informe.
Gómez: ¿Y qué dicen? ¿No hay nada, o encontraron rastros del tigre*?
Vera: No…nada.
(Risas)
Vera: No, están los de derechos humanos…
Gómez: ¿Están tranquilos o están rompiendo las bolas?
* (En otras conversaciones Gómez utiliza el término tigre para referirse a los manifestantes)
Diálogo con el comandante principal Pablo Badie (9/8).
Badie: Gomecito, yo te quería hacer una pregunta en confianza. ¿Quién es el que puede decir algo que sea interesante de lo que pasó?
Gómez: ¿Interesante en qué sentido mi comandante?
Baide: Y…que aporte algo que sea distinto a lo que ya conocemos.
Gómez: No, y nadie comandante, porque todos hicimos lo mismo y vimos lo mismo, yo acá le estoy haciendo el informe a varios compañeros, vio, que son poco lentos para redactar, no va a haber nadie que le va a decir…
Badie: Está clarito que nadie se llevó a nadie ni nada, viste, pero habría gente tuya, con toda la confianza que me merecés, que le habría pegado unos piedrazos a uno y después quedó flotando en el río, y los mismos compañeros lo sacaron.
Gómez: No mire, que yo sepa… Yo me quedé en la costa del río hasta último momento, fui uno de los últimos que se replegó. Nunca vi un tipo flotando. Pero mi comandante, que esa versión es medio trucha. En la costa del río había muchos árboles, salvo que el milico haya tenido una puntería de los dioses para pegarle en la cabeza. Que los chicos ejecutaron disparos, ejecutaron disparos, pero ni las postas de goma le pegaron que eran un montón le pegaron, justo le va a pegar una piedra…
Conclusión
Los hilos de las conversaciones permiten darse una idea de la animosidad con que actuaron los escuadrones de Gendarmería, contra “los indios”. También la cacería que desataron hasta el río, donde dispararon incluso a quiénes querían cruzarlos. Pero también, pequeñas muestras de cómo la institución cerró filas y el Ministerio de Seguridad asumió la “responsabilidad política”….del encubrimiento.
La fiscal Silvina Ávila tiene cientos de fojas, audios y órdenes que, de profundizarse, permitirían revelar cómo fue la represión y cómo ocurrió la desaparición de Santiago