Las ventas minoristas cayeron un 9,1% en noviembre y se consolidó la tendencia negativa

Según CAME, las ventas minoristas de las PyMEs argentinas cayeron 9,1% respecto a octubre y 4,1% interanual, debido a la restricción presupuestaria y el agotamiento de la financiación disponible.

Las ventas de las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs) en Argentina siguen sin encontrar un camino de recuperación. En noviembre, el comercio minorista experimentó una caída significativa, consolidando la tendencia negativa que se arrastra desde la mitad del año. Según el último informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), al que accedió la agencia Noticias Argentinas, las ventas minoristas registraron un desplome del 9,1% en la comparación contra octubre (a precios constantes), mientras que la caída interanual frente a noviembre de 2024 fue del 4,1%. Desde la entidad señalaron que la principal causa es la “restricción presupuestaria y el agotamiento de los límites de financiación” que profundizan la brecha entre el consumo de bienes esenciales y los postergables.

Profundización de la caída y el consumo «dual»

El mes de noviembre se sumó a una tendencia negativa que comenzó en mayo, cuando se cortó una racha de cinco meses consecutivos de crecimiento. A pesar de que el acumulado del año aún se mantiene en terreno positivo (con un incremento del 3,4% contra el mismo período de 2024), la dinámica de los últimos meses refleja un deterioro constante en el poder adquisitivo y el ánimo de consumo de los argentinos.

Desde CAME, se explicó que el mes se caracterizó por un escenario de «consumo dual». Este fenómeno describe cómo el comprador se limita a adquirir bienes de primera necesidad, mientras pospone o evita las compras de bienes durables o aquellos que implican un desembolso significativo, una situación directamente ligada a dos factores principales:

  • Restricción Presupuestaria: La dificultad de las familias para llegar a fin de mes debido a la inflación y la insuficiencia salarial.

  • Agotamiento de Financiación: La utilización máxima de las tarjetas de crédito o el acceso limitado a préstamos, lo que elimina el margen para el consumo extra.

La actividad, según la entidad, operó en noviembre bajo una lógica de transición y de «fuerte cautela operativa», lo que no solo frenó la demanda, sino que también limitó las decisiones de inversión a corto plazo por la incertidumbre en los costos y la competencia.

Percepción actual vs. optimismo futuro

Al analizar la situación económica actual de sus negocios, la percepción de los comerciantes arrojó resultados mixtos, aunque con un sesgo a la baja:

  • Estabilidad: El 54,2% de los encuestados reportó estabilidad en la comparación interanual, lo que sugiere que para una parte del sector la situación no empeoró drásticamente.

  • Deterioro: El 37% señaló un deterioro en las condiciones económicas, lo que representa un aumento de cuatro puntos porcentuales respecto a octubre, revirtiendo parcialmente la mejora en la percepción que se había registrado el mes anterior.

Paradójicamente, pese a la contracción de los márgenes y el deterioro de la situación presente, el sector comercial sostiene una proyección optimista para el próximo año. Los empresarios apuestan a un «reordenamiento» de las variables macroeconómicas que, esperan, permita reactivar la demanda interna.

Respecto a estas proyecciones futuras, los datos son alentadores:

  • El 48,6% proyecta un escenario de mejora.

  • El 43,7% estima que la situación se mantendrá sin grandes variaciones.

  • Solo el 7,7% anticipa una evolución negativa.

Sin embargo, en el corto plazo, el clima de inversión sigue siendo desfavorable. El 60,1% de los comerciantes evalúa el contexto actual como inapropiado para realizar desembolsos de capital, frente a solo un 14,6% que lo considera oportuno, manteniendo una postura de “esperar y ver” ante la incertidumbre económica.