Innato: el thriller psicológico español que llega a Netflix en diciembre

Con un elenco de lujo encabezado por Elena Anaya e Imanol Arias, la serie se estrena el 23 de diciembre. Una historia de herencias macabras y misterios policiales.

La industria audiovisual española continúa consolidando su hegemonía en el género del suspenso global. Innato, la nueva producción original que aterrizará en el catálogo de Netflix el próximo 23 de diciembre, se perfila como el gran fenómeno de cierre de temporada. Con un primer tráiler que ya ha encendido las redes sociales, la serie promete una narrativa asfixiante sobre los lazos de sangre y las consecuencias de un pasado que se niega a permanecer enterrado.

Bajo una premisa que mezcla el drama familiar con la investigación criminal clásica, esta ficción busca capturar a la audiencia que disfruta de resolver rompecabezas narrativos. La propuesta no solo destaca por su guion, sino por reunir a una «selección nacional» de talentos interpretativos, elevando la vara de calidad para las producciones de streaming en el mercado hispanohablante.

Un reparto estelar para una trama oscura

El mayor atractivo inicial de Innato reside en la potencia de su elenco. La serie está protagonizada por figuras consagradas del cine y la televisión: Elena Anaya (La piel que habito), Imanol Arias (Cuéntame cómo pasó) y Roberto Álamo (Que Dios nos perdone).

Este trío de protagonistas asegura una profundidad dramática esencial para sostener la tensión psicológica que propone la historia. A ellos se suma un reparto secundario de primer nivel, que incluye a Emma Suárez, Fernando Guallar y Aura Garrido. La combinación de veteranía y talento joven sugiere un juego de dinámicas complejo, donde cada personaje parece ocultar más de lo que muestra a simple vista.

La herencia del «asesino del gasoil»

La trama de Innato gira en torno a Sara, una psicóloga interpretada por Elena Anaya, cuya vida se presenta, en apariencia, como un modelo de estabilidad y éxito. Con un buen trabajo y una familia feliz, Sara ha construido una existencia idílica. Sin embargo, esta fachada esconde un trauma fundacional: ella es la hija de Félix Gary, un infame criminal conocido mediáticamente como «el asesino del gasoil».

El conflicto se detona cuando Félix sale de la cárcel tras cumplir su condena. Casi en simultáneo a su liberación, una nueva oleada de asesinatos comienza a aterrorizar la ciudad. Lo perturbador para las autoridades y para la propia protagonista es que los crímenes replican con exactitud el modus operandi que hizo célebre a su padre décadas atrás.

Entre la psicología y la investigación policial

El guion plantea una disyuntiva moral y emocional para la protagonista. Tras años de ocultar su verdadera identidad y distanciarse del estigma de su apellido, Sara se ve forzada a salir de las sombras. La psicóloga deberá enfrentarse a sus propios demonios internos para colaborar con la policía, intentando descifrar si está ante el regreso de un monstruo conocido o ante la aparición de un imitador letal.

Esta estructura narrativa sitúa a Innato en el subgénero del whodunit (¿quién lo hizo?), invitando al espectador a convertirse en un detective activo. La serie promete giros de guion donde la duda se siembra constantemente: ¿Es el padre el responsable? ¿Hay alguien más ejecutando una venganza? La tensión entre el pasado criminal de la familia y el presente profesional de Sara será el motor de cada episodio.

El cierre del año en el streaming

Netflix ha elegido estratégicamente la fecha de lanzamiento. Estrenar Innato el 23 de diciembre, en vísperas de las festividades, apunta a captar la atención de una audiencia masiva que dispone de tiempo libre para maratones.

Al igual que ocurrió con éxitos anteriores made in Spain como El Inocente o El cuerpo en llamas, se espera que esta producción domine el Top 10 de la plataforma durante las últimas semanas de 2025 y el inicio de 2026. Para los amantes del thriller, la cita es ineludible: una historia donde la violencia, los secretos y la psicología se entrelazan para demostrar que, a veces, el instinto es lo único que nos salva.