El ex Pozo de Banfield será el primer Sitio de Memoria del Mercosur en Argentina
El antiguo centro clandestino de detención, símbolo del terrorismo de Estado en el Conurbano, recibirá una señalización regional por su vínculo con el Plan Cóndor, un hito que reafirma el compromiso con la memoria y la lucha de organismos y vecinos que mantuvieron viva su historia.
Un reconocimiento regional a 50 años del Plan Cóndor
El ex Pozo de Banfield, uno de los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio más emblemáticos del Conurbano bonaerense, recibirá un reconocimiento histórico al ser declarado Sitio de Memoria del Mercosur. La señalización oficial se llevará a cabo el jueves 4 de diciembre a las 17 horas, en el predio ubicado en las calles Siciliano y Vernet.
Este hito no es aislado: la distinción se enmarca en las actividades conmemorativas por los 50 años del inicio del Plan Cóndor, el operativo de coordinación represiva que articularon las dictaduras cívico-militares del Cono Sur, dejando un saldo de miles de víctimas, traslados clandestinos y violaciones a los derechos humanos en la región.
Mandato regional y lucha local
La iniciativa que convierte al ex Pozo de Banfield en el primer Sitio de Memoria del Mercosur en Argentina y en la provincia de Buenos Aires, nació por un mandato específico de la Reunión de Altas Autoridades sobre Derechos Humanos del bloque regional. Fue el Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos (IPPDH) del Mercosur el encargado de elaborar este programa.
El objetivo de esta acción es que los Estados parte se comprometan a identificar, reconocer y señalizar los centros clandestinos que estuvieron vinculados directamente a ese mecanismo de terror regional conocido como Plan Cóndor.
Este reconocimiento regional pone en valor décadas de lucha incesante de sobrevivientes, organismos de derechos humanos, vecinos y familiares, quienes desde la recuperación de la democracia mantuvieron viva la demanda de memoria, verdad y justicia para el sitio.
Historia de horror y significación de la memoria
El ex Pozo de Banfield tiene una profunda y dolorosa significación histórica. Se estima que por sus calabozos pasaron más de 350 personas detenidas-desaparecidas. Entre ellas, el centro se hizo tristemente célebre por haber sido uno de los lugares de cautiverio de los jóvenes estudiantes secuestrados durante la trágica Noche de los Lápices en septiembre de 1976.
Además de ser un centro de detención y tortura, el predio funcionó como una maternidad clandestina. En sus instalaciones, las mujeres detenidas que daban a luz eran separadas de sus bebés, los cuales eran apropiados ilegalmente por miembros del régimen, constituyendo uno de los crímenes más aberrantes del terrorismo de Estado.
Tras años de presión popular y trabajo de los organismos, el predio fue finalmente desafectado de sus funciones institucionales en 2006. Desde 2015, fue consolidado oficialmente como un Espacio para la Memoria, funcionando bajo la Ley Nacional 26.691.
Un centro de memoria activa
Actualmente, el ex Pozo de Banfield es gestionado de manera colaborativa. Participan activamente la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, el Municipio de Lomas de Zamora y, fundamentalmente, la Mesa de Trabajo del Ex Pozo de Banfield, compuesta por sobrevivientes y organizaciones de derechos humanos.
En sus instalaciones se desarrollan de forma permanente:
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Visitas guiadas para estudiantes y público en general.
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Talleres educativos y de reflexión.
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Proyecciones audiovisuales.
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Presentaciones culturales y artísticas.
Todas estas actividades apuntan a mantener viva la construcción colectiva de memoria, verdad y justicia, asegurando que el horror del pasado sirva como enseñanza y prevención en el presente.
El reconocimiento como Sitio de Memoria del Mercosur es especialmente significativo en el actual contexto sociopolítico. Ante la aparición de discursos que buscan relativizar los crímenes de la dictadura o que insisten en la teoría de los dos demonios, la señalización regional reafirma, de manera inquebrantable, el compromiso de la comunidad, las instituciones y el bloque Mercosur con la defensa irrestricta de los derechos humanos. El hito no solo honra a las víctimas, sino que también protege la historia contra el olvido.
