Tres bebidas que impulsan la longevidad: agua, café y té, la clave de una vida más larga
Un estudio británico identificó que alternar el consumo diario de agua, café y té está directamente vinculado con una menor tasa de mortalidad general y un menor riesgo de enfermedades crónicas, revelando que la variedad en la hidratación es crucial para la longevidad.
La ciencia ha puesto la lupa sobre los hábitos cotidianos más simples que impactan la longevidad, y un reciente estudio publicado en el British Journal of Nutrition reveló un patrón sorprendente: la clave de una vida más larga podría estar en una trilogía de líquidos ampliamente disponibles. La investigación, tras seguir a más de 180.000 adultos británicos durante 13 años, confirmó que quienes consumen de forma rotativa agua, café y té diariamente presentan una tasa de mortalidad significativamente más baja, sugiriendo que la ingesta balanceada y variada de estas tres bebidas beneficia la salud cardiovascular y metabólica.
La fórmula de la hidratación para una vida más larga
El estudio británico demostró que la cantidad y la variedad importan. Los participantes que mostraron una mayor expectativa de vida y menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares o metabólicas eran aquellos que consumían entre siete y ocho vasos de líquido al día, alternando activamente el agua con tazas de café y té.
Este hallazgo contrasta con quienes solo bebían agua o mantenían una ingesta líquida baja, destacando que el simple hecho de alternar estas tres bebidas tiene un valor protector que va más allá de la mera hidratación.
La dietista especializada en longevidad, Ella Davar, enfatizó que el balance es el componente fundamental de esta rutina. Según la experta, si bien el agua es la base irremplazable de la hidratación, después de consumir las primeras cuatro bebidas del día, reemplazar parte del agua con café o té puede potenciar los beneficios antioxidantes. La clave reside en mantener una proporción equilibrada entre los tres para asegurar el aprovechamiento de sus propiedades complementarias.
El poder complementario de agua, café y té
Cada una de estas bebidas aporta un perfil de beneficios único, y su consumo conjunto maximiza el impacto positivo en el organismo:
Agua: la base fundamental de la salud
El agua pura se mantiene como el pilar de la hidratación y la salud celular. Es esencial para transportar nutrientes, regular la temperatura corporal y lubricar las articulaciones. Su rol es insustituible y sienta las bases para que el cuerpo absorba y procese los beneficios del café y el té.
Café: el impulso antioxidante matutino
El café, más allá de su capacidad estimulante, es una fuente rica en compuestos bioactivos, principalmente ácidos clorogénicos y polifenoles. Estos elementos son conocidos por sus potentes efectos antiinflamatorios, mejorando la salud cardiovascular y contribuyendo a la regulación del metabolismo de la glucosa. Sin embargo, los expertos aconsejan moderar su consumo para evitar un exceso de cafeína.
Té: el aliado para el equilibrio y la protección celular
El té, en especial el verde y el negro, aporta catequinas, otro tipo de antioxidantes poderosos. Estos compuestos son protectores del sistema nervioso y cardiovascular, fortaleciendo el organismo frente al estrés oxidativo, el principal motor del envejecimiento celular. El té es ideal para complementar la hidratación vespertina, ofreciendo una dosis de antioxidantes sin la carga de cafeína del café.
Cómo integrar la trilogía de la longevidad a la rutina diaria
Los especialistas sugieren un método simple para adoptar esta rutina de ingesta variada. La recomendación es comenzar el día con un vaso de agua natural para rehidratar el cuerpo tras el descanso nocturno. Durante la mañana, se aconseja incluir una o dos tazas de café para aprovechar su impulso metabólico y cognitivo. Finalmente, la tarde se puede reservar para el té verde o negro, asegurando un aporte constante de antioxidantes y manteniendo la hidratación de forma equilibrada, sin sobrecargar el sistema nervioso cerca de la hora de dormir.
Esta rutina no solo mejora la hidratación y la ingesta de antioxidantes, sino que también ayuda a evitar la dependencia de una única fuente de cafeína y promueve un control más estricto sobre el consumo de azúcares añadidos, comunes en otras bebidas.
