Cheques rechazados récord: La tensión de la cadena de pagos y el agobio de la deuda familiar

El volumen de cheques rechazados por falta de fondos superó las 92.000 unidades en septiembre, marcando un máximo desde 2020, un reflejo directo del creciente endeudamiento y la morosidad que ahogan a las familias y pymes argentinas.

La morosidad como termómetro de la crisis económica

¿Qué está pasando en la cadena de pagos argentina? El récord de cheques rechazados ($5W$) por insuficiencia de fondos durante septiembre ($5W$) de este año, que alcanzó la cifra de 92.535 ($5W$), se ha convertido en una señal de alarma ineludible sobre el deterioro de la salud financiera de hogares y empresas. Este dato, analizado por el Instituto Argentina Grande ($5W$) a partir de información oficial del Banco Central de la República Argentina (BCRA), evidencia la creciente dificultad de los argentinos para afrontar sus obligaciones, siendo el registro más alto desde junio de 2020 ($H$).

El fenómeno de los cheques rebotados no es un hecho aislado, sino que forma parte de un panorama de endeudamiento familiar que, según la consultora EcoGo, ya cubre el 130% de los ingresos promedio de una persona. Esta situación de tensión en la cadena de pagos tiene un impacto directo y severo en los cimientos de la economía, afectando el día a día de trabajadores, trabajadoras y empresarios por igual.

Deterioro del crédito: tarjetas y préstamos en riesgo

El aumento en los cheques rechazados se complementa con el incremento de la morosidad en el sistema financiero. El último Informe sobre Bancos del BCRA detalla que el nivel de mora general en los préstamos se ubicó en 3,7%. Al enfocarse en los préstamos a las familias, el atraso en los pagos asciende significativamente al 6,6%.

El salto alarmante en tarjetas de crédito

Dentro del rubro familiar, el foco de mayor preocupación recae en las tarjetas de crédito. La irregularidad en sus pagos se ubicó en 6,7%, lo que representa un avance de 1,4 puntos porcentuales respecto al mes anterior. Sin embargo, lo que realmente dimensiona la gravedad del escenario es el salto interanual: la mora en tarjetas pasó de 1,9% en agosto de 2024 a 6,7% en el mismo mes de este año, un alarmante incremento del 252% interanual.

Estos datos sugieren que las familias están utilizando el endeudamiento, especialmente a través de las tarjetas, como un salvavidas para llegar a fin de mes, una estrategia que se vuelve insostenible rápidamente a medida que la inflación y la quietud salarial carcomen el poder adquisitivo.

Las pymes atrapadas entre la deuda y la extensión de plazos

El impacto del programa económico actual también se siente con fuerza en el sector productivo. Un informe del Radar Pyme del Tercer Trimestre 2025 de la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC) revela el agobio financiero de las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes):

  • El 21,3% de las Pymes se endeudó para poder pagar impuestos.
  • Otro 20,5% tuvo que recurrir al endeudamiento para afrontar el pago de salarios o aguinaldos.
La presión en los tiempos de cobro y pago

Además del endeudamiento directo, las Pymes enfrentan un escenario de tensión en la gestión de su capital de trabajo debido a la extensión unilateral de los plazos de pago por parte de sus clientes. El 59% de las empresas encuestadas por ENAC indicó que sus clientes extendieron los plazos de cobro, y un 47% señaló un aumento del incumplimiento. Esto crea un desequilibrio financiero grave: mientras las Pymes financian a sus clientes durante 37 días en promedio, deben pagar a sus propios proveedores en solo 30 días, forzando una cadena de pagos cada vez más ajustada y dependiente del crédito.

Endeudarse para consumir y la lentitud salarial

El fenómeno del endeudamiento para cubrir necesidades básicas se agrava con el crédito no bancario. La consultora EcoGo estima que el endeudamiento de las familias con entidades no financieras ya llega al 31% de la masa salarial mensual, superando el pico de septiembre de 2022. La morosidad en estas carteras de préstamos no bancarios es notablemente alta, alcanzando el 16,5% de la cartera en agosto. Este incremento continuo en la morosidad no solo refleja los problemas económicos del sector, sino que podría traducirse en una futura restricción en la oferta de crédito.

Esta delicada situación financiera se vincula directamente con la lentitud en la recuperación salarial. Según Vectorial, en agosto los ingresos de los trabajadores subieron apenas un 0,5%, una «velocidad de recomposición excesivamente lenta» que responde a la estrategia gubernamental de usar el salario como un ancla antiinflacionaria. Esta quietud en los ingresos termina siendo un freno tanto para los precios como para la actividad económica, ya que la demanda interna insuficiente es señalada como el principal obstáculo por los propios empresarios, según encuestas de tendencia de negocios del INDEC.