Un flagelo silencioso: La Oficina de Violencia Doméstica asistió a más de 216.000 víctimas en 17 años
La violencia doméstica es una problemática de gran magnitud en Argentina, con cifras alarmantes que reflejan la necesidad de respuestas institucionales especializadas.

La Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación cumplió 17 años de labor, revelando en su más reciente informe que, durante ese período, ha asistido a más de 216.000 víctimas. Este dato no solo subraya la persistencia del problema, sino también la crucial función de la OVD como espacio de contención y acceso a la justicia.
Desde su creación, la oficina ha tramitado 164.497 denuncias, lo que equivale a un promedio anual de 9.676 casos. Con un notable incremento del 59% en las denuncias entre 2009 y 2024, el año 2019 se destaca como el de mayor número de demandas, con 12.457. Estas cifras evidencian una realidad devastadora: un promedio de 35 personas por día acuden a la OVD buscando ayuda, lo que implica una atención constante y urgente.
El perfil de las víctimas atendidas es variado, aunque con un patrón claro. El 61% de las personas asistidas son mujeres de 18 años o más, un grupo que históricamente ha sido el más afectado por la violencia intrafamiliar. Sin embargo, el informe también visibiliza a otras poblaciones vulnerables, ya que el 30% de las víctimas fueron niñas, niños y adolescentes, y el 9% varones. En la mayoría de los casos (54%), el vínculo con la persona denunciada es de pareja o expareja, seguido por la relación filial (32%).
Un mapa de la violencia: tipos de agresión y nivel de riesgo
El informe de la OVD ofrece una radiografía detallada de las diversas formas de violencia que se denuncian. La violencia psicológica encabeza la lista, presente en el 96% de los casos evaluados en los últimos 17 años. Esta forma de agresión, a menudo sutil e invisible, coexiste con la violencia física (57%), la simbólica (47%) y la económica-patrimonial (32%). La persistencia de los episodios es otra de las características preocupantes: la mitad de las víctimas (51%) reportaron que la violencia ocurría de manera diaria o semanal, y solo el 5% de las denuncias correspondía a un primer episodio. Esto subraya que la mayoría de las personas llega a la oficina después de un largo y doloroso historial de maltrato.
La OVD, con sus equipos de profesionales interdisciplinarios, desempeña un papel vital en la evaluación del nivel de riesgo de cada caso. Los datos muestran que el 39% de las situaciones fueron clasificadas como de riesgo altísimo o alto, lo que demanda una respuesta inmediata y coordinada. El 49% fue considerado de riesgo medio o moderado, y el 12% bajo. Esta clasificación permite a los equipos de la oficina, así como a las instituciones de justicia, asignar los recursos y la protección necesaria de manera eficiente para cada caso particular.
La labor de la oficina no se limita a la contención y la evaluación, sino que también incluye el servicio médico. En 17 años, se atendió a más de 46.815 personas, y en 29.279 de esas atenciones se confirmó la existencia de lesiones. De estas personas lesionadas, un abrumador 86% eran mujeres. Estos números son un recordatorio físico y contundente de las consecuencias de la violencia.
El camino a la justicia: de la denuncia a la protección
Con un total de 174.181 personas involucradas en las denuncias, los datos de la OVD revelan que el 79% de los agresores son de sexo masculino. Además, en el 10% de los casos, la persona denunciada poseía armas, lo que añade una capa de riesgo extremo a la situación. Esta información es crucial para las derivaciones de los casos. El 99% de las denuncias son enviadas a la justicia civil, el 75% a la penal y el 32% al Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, lo que refleja la complejidad y la multiplicidad de esferas que abarca el problema de la violencia doméstica.
La OVD, que funciona las 24 horas del día, los 365 días del año, ofrece una puerta de entrada al sistema de justicia para quienes la necesitan. Como destacó Horacio Rosatti, presidente de la Corte Suprema, el trabajo de esta oficina «refleja no solo la magnitud del problema, sino también la importancia de contar con un espacio institucional especializado que brinde respuestas urgentes y eficaces». Con su compromiso, la oficina «marca un hito» en la protección de los derechos humanos y la erradicación de la violencia en el ámbito familiar.
A medida que la sociedad avanza, la violencia doméstica continúa siendo un desafío. El trabajo de la OVD, respaldado por cifras que evidencian la magnitud del problema, es un testimonio de la necesidad de seguir fortaleciendo las políticas públicas y las instituciones que ofrecen ayuda a las víctimas. Si bien el informe demuestra que hay un espacio para denunciar y ser escuchado, también resalta que aún queda un largo camino por recorrer para erradicar este flagelo de la sociedad.