Alerta metalúrgica: desplome de la producción y empleo en riesgo

La actividad industrial metalúrgica argentina profundiza su caída, con una producción que se desplomó un 6,1% en agosto.

El informe de ADIMRA revela que la capacidad instalada y el empleo se encuentran en sus niveles más bajos desde la pandemia, lo que genera una profunda incertidumbre sobre el futuro del sector.

La industria metalúrgica argentina atraviesa uno de sus momentos más críticos. Según el último informe del Departamento de Estudios Económicos de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), la producción metalúrgica se contrajo un 6,1% en agosto respecto al mismo mes del año anterior. Este retroceso, que también fue del 2,3% en comparación con julio, lleva el crecimiento acumulado del año a un magro 1,6%, dejando a la industria un 17% por debajo de sus máximos históricos.

La preocupación no se limita solo a las cifras de producción. La utilización de la capacidad instalada (UCI) se desplomó al 44,8%, su nivel más bajo desde los meses más restrictivos de la pandemia en 2020. Esta caída de 3,2 puntos porcentuales en un año refleja el profundo estancamiento que vive el sector. El presidente de ADIMRA, Elio Del Re, fue contundente en su análisis: “La industria nacional atraviesa niveles productivos muy bajos, que ni siquiera alcanzan a revertir la profunda caída de 2024”.

El empleo metalúrgico en una situación precaria

El freno en la producción tiene un impacto directo en el mercado laboral. En agosto, el empleo metalúrgico cayó un 2,9% interanual y un 0,5% mensual, una tendencia que se espera que continúe. Las expectativas de los empresarios reflejan un pesimismo generalizado: un 90,5% de las empresas prevé mantener o reducir su plantilla de personal en el corto plazo.

Esta situación se ve agravada por las proyecciones de producción, donde el 74,4% de las firmas espera que su actividad se estanque o caiga en los próximos meses. La advertencia de Del Re es clara: si no se implementan políticas que reviertan la situación actual, la estructura productiva seguirá deteriorándose, lo que podría intensificar aún más los ajustes laborales.

Sectores y provincias con el freno de mano puesto

El informe de ADIMRA detalla que la crisis no es uniforme, pero afecta a casi todos los rubros. Incluso aquellos que venían mostrando signos de crecimiento, como la maquinaria agrícola, registraron una caída del 1,9%, su primera baja en el año. La producción de carrocerías y remolques, aunque creció un 6,8%, lo hizo a un ritmo mucho menor que en el primer semestre.

Por otro lado, los sectores más afectados profundizaron su crisis. La fundición (-14,4%), las autopartes (-12,6%) y los bienes de capital (-8,1%) lideraron las caídas, evidenciando el colapso de rubros clave para el desarrollo industrial. En el mapa provincial, la crisis se siente con mayor fuerza en Buenos Aires, que registró el peor desempeño del país con una contracción del 8,7%, seguida por Córdoba (-4,5%) y Mendoza (-4,4%). Solo Santa Fe logró una suba marginal del 0,2%, lejos del liderazgo que supo tener.

El impacto de las importaciones y el déficit comercial

Mientras la producción local se contrae, el ingreso de productos extranjeros se acelera. En julio, las importaciones de productos metalúrgicos se dispararon un 23% interanual, alcanzando los 2.281 millones de dólares. Este aumento consolida una tendencia de crecimiento del 3,5% mensual desde junio, lo que evidencia una pérdida de competitividad de la industria nacional frente a los bienes importados.

Si bien las exportaciones del sector aumentaron un 25,9% en el mismo período, alcanzando los 527 millones de dólares, no logran compensar el salto de las importaciones, ampliando el déficit comercial. Este panorama de menor actividad interna, altos costos de producción y una creciente competencia extranjera, pone al sector metalúrgico en una encrucijada y en una situación de extrema vulnerabilidad.