Pymes en crisis: la cadena de pagos se duplica y el acceso al crédito se bloquea en el segundo trimestre
Según una encuesta de la ENAC, el 45% de las pymes reportó "ventas malas" en el segundo trimestre de 2025. El informe revela el impacto de las altas tasas de interés y el parate económico, que agudizan los problemas en la cadena de pagos y complican la situación financiera de las empresas.

El segundo trimestre del año 2025 ha traído un panorama sombrío para las pequeñas y medianas empresas (pymes) argentinas, con una profundización de la crisis económica que ya venían atravesando. De acuerdo con una encuesta realizada por la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales (ENAC), el 45,3% de los encuestados calificó sus ventas como «malas», mientras que los problemas en la cadena de pagos se agudizaron significativamente. La situación se ve exacerbada por una corrida de tasas de interés que, si bien busca controlar el dólar, ha estrangulado el acceso al crédito para el sector productivo, sumiendo a las pymes en una «tormenta perfecta».
La tormenta perfecta que golpea a las pymes
El «Radar Pyme» de la ENAC, que encuestó a 342 empresarios de 16 provincias, destaca que la recesión económica se ha consolidado en el segundo trimestre del año. La industria, a la que el gobierno de Javier Milei ha utilizado como «ancla» para contener salarios e inflación, muestra una alarmante caída en el uso de su capacidad instalada, ubicándose en un 53,9%. Este escenario, combinado con la falta de políticas de apoyo, ha provocado que, según datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), unas 15.000 pymes hayan cerrado desde el inicio de la gestión actual, lo que se traduce en un cierre promedio de 40 empresas por día y una pérdida de 500 empleos diarios.
La encuesta revela un drástico deterioro en la situación financiera de las empresas, con un retroceso del 8,6% en las ventas promedio en comparación con el primer trimestre. Además, los costos para las pymes han crecido por encima de la inflación oficial, generando una doble presión sobre su rentabilidad. De acuerdo con la ENAC, un 10,2% de las empresas se encuentran en una situación crítica, una cifra que refleja la vulnerabilidad del sector ante la recesión y las políticas económicas actuales.
El salario no alcanza y la cadena de pagos se rompe
La caída de la actividad económica ha tenido un impacto directo en el empleo. El informe indica que un 19% de las pymes despidió personal en el segundo trimestre de 2025, con una destrucción de empleo especialmente marcada en el sector comercial (-2,9%). La situación se ve agravada por la falta de poder adquisitivo de los trabajadores. Con los salarios congelados o creciendo por debajo de la inflación, el 60% de las empresas tuvo que otorgar adelantos de sueldos para ayudar a sus empleados, una medida que refleja la precariedad de los ingresos familiares.
Los problemas de la cadena de pagos, un indicador clave de la salud económica de las empresas, se duplicaron respecto al primer trimestre. Mientras que a inicios de año un 33% de las pymes reportaba dificultades, en el segundo trimestre, seis de cada diez empresas indicaron que los plazos de cobro se habían extendido, evidenciando una falta de liquidez y un efecto dominó en el sistema financiero productivo. La falta de acceso a créditos accesibles, con tasas de interés entre el 35% y el 45%, según el informe, ha dejado a las pymes sin herramientas para enfrentar la crisis.
Un futuro sin optimismo
El panorama para lo que resta de 2025 no genera optimismo entre los empresarios. Las expectativas son sumamente negativas: el 73% de los encuestados cree que la situación económica nacional será peor que la actual, un aumento de siete puntos porcentuales respecto a lo que se pensaba en el primer trimestre. La percepción de los empresarios es que las políticas del gobierno favorecen a los sectores agroexportadores y extractivos, dejando a las pymes desprotegidas y sin un horizonte de crecimiento claro. El informe de la ENAC sirve como una voz de alarma sobre la sostenibilidad de un modelo económico que, a corto plazo, está destruyendo el entramado productivo nacional.