Deuda en pesos: Una bomba de tiempo para el plan económico

Los intereses mensuales de la deuda del Tesoro nacional en pesos ya superan el pago de jubilaciones y pensiones, revelando una falacia contable en el "superávit fiscal" del gobierno argentino.

Esta creciente dependencia de la deuda a corto plazo y a altas tasas, principalmente con bancos locales, configura una situación explosiva que amenaza la estabilidad económica y la sostenibilidad del modelo actual.

La insostenible carga de los intereses de la deuda en pesos

El panorama económico de Argentina enfrenta una situación crítica, donde los intereses devengados por la deuda del Tesoro nacional en pesos han superado, desde principios de 2025, el monto total destinado al pago de jubilaciones y pensiones del sistema previsional nacional. Este dato, de por sí alarmante, se agrava al considerar el salto proyectado en estos intereses a partir de julio y agosto, impulsado por la colocación reciente de más de 5 billones de pesos en bonos y letras con vencimientos quincenales y tasas mensuales de hasta el 3,3 por ciento, lo que equivale a tasas efectivas anuales superiores al 40 por ciento.

Esta dinámica sugiere que el gobierno está inmerso en un «juego peligroso», según análisis de expertos. La estrategia se basa en la capacidad de renovar la deuda en cada vencimiento, pero esta dependencia creciente somete al Estado a las condiciones impuestas por los acreedores, principalmente los bancos locales. Si el gobierno no acepta estas condiciones, se vería obligado a pagar, volcando una masiva cantidad de pesos al mercado cambiario, con consecuencias impredecibles para el valor del dólar. Por otro lado, un «reperfilamiento» o impago de los vencimientos podría desencadenar una crisis terminal, similar a la experimentada en 2019. Mientras tanto, se destina cada vez más recursos al pago de intereses para sostener un modelo económico cuyo único pilar es un endeudamiento que crece como una bola de nieve, todo ello en un contexto de ajuste «salvaje» del gasto social y la amenaza de vetar una modesta actualización jubilatoria.

El «superávit fiscal»: Una ilusión contable bajo la lupa

A pesar de la alarmante magnitud de los intereses de la «deuda interna» que ya superan el principal gasto público (jubilaciones), el gobierno se ufana de mantener un superávit en las cuentas públicas. Sin embargo, esta afirmación es cuestionada por expertos, quienes la califican de «falacia contable» diseñada para ocultar una realidad financiera mucho más precaria. Claudio Lozano, ex diputado nacional y ex director del Banco Nación, advirtió que el «tan mentado superávit fiscal no es más que una ilusión contable», ya que la deuda pública crece a un ritmo que no solo lo anula, sino que «compromete gravemente el futuro económico del país».

Un informe elaborado por el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (Ipypp), dirigido por Lozano, desglosa los resultados fiscales. Mientras el gobierno reportó un «superávit financiero» de 3,1 billones de pesos en el primer semestre del año, Ipypp señala que en el mismo período se acumularon intereses impagos por 30,1 billones de pesos. Al computar estos intereses no pagados pero sí devengados, el resultado real sería un déficit de 27 billones de pesos, lo que revela una situación financiera muy diferente a la presentada oficialmente. Esta «ilusión contable» se logra al no registrar la capitalización de intereses como un gasto efectivo en el presupuesto, lo que permite mostrar una salida de fondos inexistente y, por ende, un superávit.

Los números en detalle: Jubilaciones vs. intereses capitalizados

Para comprender la magnitud de esta situación, Ipypp ha comparado el gasto mensual en jubilaciones y pensiones del sistema previsional nacional con la capitalización de intereses de los principales títulos de la deuda nacional en pesos (LECAP, Boncap, LEFI y PR17). La «capitalización de intereses» implica que los montos de intereses que vencen mensualmente, en lugar de ser pagados, se suman al capital adeudado, aumentando la deuda de forma permanente. Esto, si bien evita una salida de fondos inmediata que afecte el resultado presupuestario, incrementa exponencialmente el volumen total de la deuda.

Mientras los pagos previsionales se han mantenido relativamente estables, fluctuando entre 3,8 billones de pesos en enero y 6,2 billones en junio (incluyendo el medio aguinaldo), la capitalización de intereses ha mostrado un crecimiento explosivo. En enero, fue de 3,8 billones, y en febrero de 3,7 billones, apenas por debajo de las jubilaciones. Sin embargo, en marzo, la capitalización de intereses saltó a 5,1 billones, en abril a 4,8 billones, y en mayo trepó a 6,5 billones de pesos, superando significativamente el gasto mensual en haberes previsionales. Incluso en junio, con el aguinaldo, la capitalización de intereses sumó 6,3 billones de pesos, superando el gasto previsional. Esta disparidad creciente evidencia que el peso de la deuda está asfixiando otras partidas cruciales del gasto público.

Una bomba de tiempo financiera en desarrollo

El informe de Ipypp concluye que esta dinámica, que ya era evidente en 2024 (cuando el resultado financiero fue de $1,7 billones, pero se acumularon intereses no pagados por $14 billones), revela que el «superávit libertario» es puramente contable y se sostiene sobre una «bicicleta financiera cada vez más explosiva». La reciente «megalicitación» de deuda, diseñada para absorber liquidez y contener la corrida cambiaria, ha profundizado la dependencia del gobierno a emisiones de deuda con tasas cercanas al 40% y vencimientos cada vez más cortos.

Esta estrategia, aunque busca patear el problema hacia adelante, está configurando una «verdadera bomba de tiempo» para el plan económico argentino. La insostenibilidad de un modelo que prioriza el pago de intereses de deuda por encima de gastos sociales vitales, y que se apoya en un endeudamiento creciente y a tasas elevadas, genera una fragilidad estructural que podría culminar en una crisis económica de gran magnitud si no se implementan cambios urgentes y profundos en la política económica.