¿Tu perro o gato tiene moquillo? Síntomas de la enfermedad viral que amenaza a las mascotas

El moquillo, una infección viral que puede ser mortal, afecta simultáneamente los sistemas respiratorio, digestivo y nervioso en perros y gatos. Detectar sus síntomas a tiempo es crucial para prevenir daños neurológicos graves y reducir la mortalidad, especialmente en animales jóvenes o no vacunados.

Aunque la medicina veterinaria ha avanzado considerablemente, enfermedades como el moquillo siguen siendo una amenaza latente en entornos urbanos y rurales. Esta patología viral es particularmente peligrosa para animales jóvenes o aquellos que no han completado su calendario de vacunación. Las vacunas son, sin duda, la herramienta más eficaz para proteger a perros y gatos de estas infecciones potencialmente mortales. Por ello, respetar el esquema de vacunación desde temprana edad y aplicar los refuerzos anuales es fundamental para mantener a las mascotas sanas y frenar la propagación de virus altamente contagiosos.

Síntomas del moquillo en perros (Distemper)

En perros, el moquillo, también conocido como distemper, es una infección viral que puede comprometer simultáneamente el sistema respiratorio, digestivo y nervioso. Según el Hospital Veterinario Menes (España), los síntomas suelen aparecer entre tres y seis días después del contagio y pueden confundirse fácilmente con otras infecciones comunes.

Entre las señales más tempranas y comunes se encuentran fiebre, apatía, pérdida de apetito, secreción nasal, vómitos, diarrea y signos de deshidratación. Si la enfermedad progresa y el virus avanza, pueden sumarse síntomas más graves como conjuntivitis, dificultades respiratorias, lesiones en la piel, endurecimiento de las almohadillas (hiperqueratosis), y signos neurológicos como convulsiones, tics musculares y parálisis.

Síntomas del moquillo en gatos (Panleucopenia felina)

En gatos, el moquillo es conocido como panleucopenia felina, un virus del grupo de los parvovirus. Los síntomas en felinos incluyen fiebre, vómitos, diarrea severa (a menudo con sangre), secreción nasal, falta de apetito y un notable decaimiento general. Esta infección es especialmente peligrosa porque puede afectar seriamente la médula ósea, el sistema nervioso y el aparato digestivo. Dada su rápida progresión, es absolutamente fundamental actuar con celeridad y acudir al veterinario de forma urgente ante la aparición de estos signos.

¿Existe tratamiento para el moquillo y cuáles son los riesgos?

Actualmente, no existe una cura específica que elimine el virus del moquillo del organismo una vez que ha causado la infección. Por esta razón, el abordaje veterinario se centra en aliviar los síntomas, prevenir complicaciones secundarias y proporcionar soporte vital al animal para ayudarlo a superar la enfermedad.

En perros, el tratamiento comúnmente incluye el uso de antibióticos para prevenir infecciones bacterianas secundarias, antipiréticos para bajar la fiebre, analgésicos, anticonvulsivos si hay signos neurológicos, y en casos graves, hidratación intravenosa.

El enfoque en gatos es similar: el objetivo es estabilizar las funciones vitales, mantener una hidratación adecuada y tratar cualquier infección derivada. Si bien algunos animales logran superar la enfermedad, es importante destacar que pueden quedar con secuelas neurológicas de por vida, como temblores o dificultades motoras.

El moquillo representa un peligro serio, especialmente en animales no vacunados. En perros, puede causar daños irreversibles en el sistema nervioso, llevando a la parálisis o incluso a la muerte. En gatos, la panleucopenia debilita drásticamente el sistema inmunológico al atacar la médula ósea, lo que los hace extremadamente vulnerables a infecciones secundarias muy graves. Los felinos que se recuperan a menudo necesitan semanas para volver a su estado normal. Además, este virus puede propagarse con asombrosa rapidez en entornos con alta concentración de animales, como refugios, criaderos o colonias felinas.

Prevención: la clave para proteger a tu mascota

La prevención es la única forma efectiva y segura de proteger a las mascotas del moquillo, ya que el virus se transmite con gran facilidad.

En el caso de los caninos, la transmisión ocurre por el contacto con secreciones de animales infectados o por la inhalación de partículas virales presentes en el ambiente. Para prevenirlo, se recomienda iniciar la vacunación entre las seis y doce semanas de edad, siguiendo un esquema de tres dosis iniciales y refuerzos anuales. Es vital que, hasta que el cachorro complete su esquema de vacunación, no tenga contacto con otros animales desconocidos ni acceso a lugares públicos donde pueda haber riesgo de contagio.

Para los felinos, el virus de la panleucopenia puede ingresar al organismo a través de superficies contaminadas, agua, utensilios compartidos e incluso por transmisión de la madre a los gatitos. También se aconseja vacunar a los gatos desde las primeras semanas de vida, especialmente si tienen acceso al exterior o conviven con otros felinos. Además de la vacunación, mantener una higiene rigurosa, limpiando comederos, bebederos y bandejas sanitarias, es una medida fundamental para reducir el riesgo de contagio.

¿Has notado alguno de estos síntomas en tu mascota? Recuerda que la consulta temprana con un veterinario puede marcar la diferencia.