Día del Pago Igualitario: Una fecha para visibilizar la brecha salarial de género
Cada 9 de abril, Argentina se suma a la conmemoración del Día del Pago Igualitario, una jornada crucial para poner de manifiesto la persistente desigualdad salarial que afecta a las mujeres en el ámbito laboral. Esta fecha no es casual: simboliza los meses adicionales que las mujeres deben trabajar para alcanzar los ingresos anuales percibidos por sus colegas varones por tareas de igual valor o responsabilidad.

En Argentina, el 9 de abril se ha convertido en una fecha clave para reflexionar y actuar sobre una realidad que continúa marcando una profunda injusticia en el mundo laboral: la brecha salarial de género. Este día, impulsado por organizaciones de la sociedad civil como la Asociación Civil Ecofeminista, busca generar conciencia sobre la diferencia sistemática en la remuneración que perciben las mujeres en comparación con los hombres por trabajos de similar naturaleza.
La elección del 9 de abril como el Día del Pago Igualitario no es arbitraria. Representa el punto en el calendario en el que, simbólicamente, las mujeres alcanzan el salario anual que los hombres percibieron el año anterior. En otras palabras, las estadísticas indican que las mujeres deben trabajar aproximadamente tres meses más para igualar los ingresos masculinos. Esta situación se traduce en que, mientras los hombres cierran su año laboral económicamente el 31 de diciembre, las mujeres deben extender su jornada hasta bien entrado el mes de abril del año siguiente para obtener la misma remuneración.
Las cifras revelan una preocupante disparidad. Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en Argentina, las mujeres perciben alrededor de un 27% menos de salario que los hombres por realizar las mismas tareas o labores específicas. Esta brecha se ensancha aún más en el sector informal, donde puede alcanzar hasta un 36%. Esta realidad no solo impacta en la autonomía económica de las mujeres, sino que también perpetúa desigualdades estructurales y limita sus oportunidades de desarrollo profesional y personal.
La conmemoración de este día a nivel nacional se alinea con esfuerzos similares en otros países y a nivel global. Estados Unidos celebra su Día de la Igualdad Salarial el 4 de abril, Chile el 27 de marzo y la Unión Europea alrededor del 22 de febrero. A nivel internacional, el 18 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Igualdad Salarial, establecido por las Naciones Unidas.
La iniciativa de instaurar este día en Argentina surgió de un grupo de mujeres que, de manera espontánea, buscaron visibilizar la injusticia de percibir salarios inferiores por trabajos de igual responsabilidad. Su acción ha logrado instalar en la agenda pública la necesidad de abordar las múltiples causas que subyacen a esta brecha.
Entre los factores que contribuyen a la desigualdad salarial se encuentran la segregación horizontal –la concentración de mujeres en trabajos históricamente menos valorados económicamente, como los relacionados con los cuidados y la reproducción social–, la menor presencia femenina en puestos de liderazgo y, en muchos casos, la discriminación directa basada en el género. Además, la desigual distribución de las tareas domésticas y de cuidado, que recaen mayoritariamente en las mujeres, también influye en sus trayectorias laborales y, por ende, en sus ingresos.
El Día del Pago Igualitario se erige así como un llamado a la acción para gobiernos, empresas, sindicatos y la sociedad en general. Es una oportunidad para reafirmar el compromiso de eliminar la discriminación salarial por género, promover políticas de igualdad de oportunidades y garantizar que el trabajo de las mujeres sea valorado de la misma manera que el de los hombres. Solo a través de un esfuerzo colectivo se podrá construir un mercado laboral más justo y equitativo para todos.
El 9 de abril nos recuerda que la lucha por la igualdad salarial en Argentina está lejos de haber terminado. Es un día para la reflexión, la denuncia y, sobre todo, para impulsar acciones concretas que permitan cerrar la brecha salarial y construir una sociedad donde el género no sea un factor determinante en la remuneración por el trabajo realizado.