El peligro de incluir este número en tus contraseñas
Evitar contraseñas predecibles es clave para la seguridad digital. Un error frecuente es el uso del año de nacimiento, un dato fácil de obtener y que facilita el trabajo de los ciberdelincuentes.

La seguridad en línea se ha convertido en una preocupación creciente para millones de usuarios en todo el mundo. Con la expansión de las redes sociales y el uso masivo de servicios digitales, proteger la información personal resulta fundamental. Sin embargo, muchas personas continúan utilizando contraseñas débiles que facilitan el acceso no autorizado a sus cuentas. Entre los errores más comunes, los expertos señalan el uso del año de nacimiento como parte de las credenciales de acceso, una práctica que aumenta significativamente el riesgo de ser víctima de un ataque cibernético.
Los ciberdelincuentes emplean diversas estrategias para vulnerar cuentas, y una de las más utilizadas es el ataque por fuerza bruta. Este método consiste en probar automáticamente miles de combinaciones hasta encontrar la correcta. Para agilizar el proceso, los atacantes suelen comenzar con información personal del usuario, como nombres, apellidos y fechas de nacimiento. El hecho de que muchas personas compartan estos datos en redes sociales como Facebook, Instagram o LinkedIn facilita el trabajo de los hackers, quienes pueden acceder a ellos con relativa facilidad.
Las estadísticas revelan que contraseñas como «Juan1990» o «Maria2001» son extremadamente vulnerables y pueden ser descifradas en cuestión de segundos. Además, los delincuentes también utilizan bases de datos filtradas de ataques previos para encontrar patrones repetidos. Si una combinación ha sido comprometida en el pasado, es probable que se vuelva a utilizar, exponiendo al usuario a nuevos riesgos.
Ante este escenario, los expertos en ciberseguridad recomiendan adoptar prácticas que refuercen la protección de las cuentas. En primer lugar, una buena contraseña debe contar con al menos 12 caracteres e incluir una combinación de letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos especiales. Por ejemplo, en lugar de «Carlos1985», podría usarse «C@rl0s!xD85», lo que dificulta su descifrado por parte de sistemas automatizados.
Otro factor clave es evitar el uso de la misma contraseña para múltiples plataformas. Muchas personas reutilizan credenciales en diferentes servicios, lo que significa que si una cuenta es vulnerada, todas las demás también quedan expuestas. Para solucionar este problema, los administradores de contraseñas pueden ser una herramienta eficaz, ya que permiten generar claves seguras y almacenarlas de manera cifrada.
Además de contraseñas robustas, se recomienda habilitar la autenticación en dos factores (2FA). Este mecanismo agrega una capa extra de seguridad, ya que, además de la contraseña, se requiere un código de verificación único enviado al teléfono o correo electrónico del usuario. De esta manera, incluso si un atacante logra obtener la clave de acceso, necesitaría el segundo factor para ingresar a la cuenta.
La educación digital también juega un papel fundamental en la prevención de ataques cibernéticos. Las empresas y organizaciones deben concientizar a sus empleados y usuarios sobre las mejores prácticas en seguridad, fomentando la implementación de medidas como la rotación periódica de contraseñas y la verificación de fuentes antes de compartir datos personales en línea.
En un mundo cada vez más digitalizado, proteger la información personal es una responsabilidad ineludible. Pequeños cambios en la forma en que se crean y gestionan las contraseñas pueden marcar la diferencia entre mantener la seguridad de una cuenta o convertirse en víctima de un ciberataque. La prevención es la mejor estrategia para garantizar una experiencia en línea segura y libre de riesgos.