La incertidumbre cambiaria sacude al mercado y complica al Gobierno
El Banco Central continúa perdiendo reservas mientras los dólares financieros se disparan. La inestabilidad genera preocupación en los inversores y podría acelerar la inflación. El ministro Caputo intentó calmar el mercado, pero sus declaraciones solo profundizaron la crisis.

La crisis cambiaria que desató el propio Gobierno a partir de mensajes contradictorios sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional se intensificó esta semana. El Banco Central se vio obligado a intervenir por tercera jornada consecutiva, vendiendo 215 millones de dólares en un intento fallido por contener la escalada del tipo de cambio. A pesar de estos esfuerzos, los dólares financieros registraron un aumento superior al 3%, con el MEP cerrando en $1.298 y el Contado con Liquidación en $1.301. A su vez, el dólar informal alcanzó los $1.285 y las criptomonedas superaron los $1.300 por unidad.
Uno de los factores clave de esta corrida fue el desarme del carry trade. Ante la expectativa de una inminente devaluación en abril, los bancos y las empresas comenzaron a cancelar créditos en dólares y a demandar divisas al Banco Central. A esto se sumaron los importadores, que optaron por saldar pagos postergados para aprovechar la brecha entre las tasas en pesos y en dólares. El esquema que sostuvo artificialmente un dólar cercano a los mil pesos se sustentaba en el endeudamiento privado y en la promesa oficial de que no habría devaluación antes de las elecciones. Sin embargo, el cambio de expectativas llevó a una recomposición de carteras que el Gobierno no logra administrar.
El impacto de esta incertidumbre se refleja en diversos indicadores económicos. La inflación en febrero mostró un alza del 2,4% en los precios minoristas y del 1,6% en los mayoristas. Además, un informe de la consultora EcoGo reveló que los precios de los alimentos aumentaron un 1,2% en la segunda semana de marzo, tras haber registrado solo un 0,3% en la primera. Por otro lado, la cotización de los bonos de deuda sufrió una caída significativa, elevando el Riesgo País a 784 puntos, un 40% más que el piso de 560 puntos registrado en enero.
En un intento por frenar la corrida, el Gobierno intervino en el mercado con la compra de 40 millones de dólares en bonos AL30 y GD30, utilizados para operaciones de dolarización. Sin embargo, los títulos cerraron la jornada con una caída del 1,5% en promedio. La intervención del ministro de Economía, Luis Caputo, tampoco logró calmar el nerviosismo. Sus declaraciones previas a la apertura del mercado fueron interpretadas como una confirmación de la inminente devaluación del peso. Además, al referirse al acuerdo con el FMI, evitó precisar el monto total del nuevo desembolso, generando más incertidumbre entre los inversores.
Mientras en las redes sociales el oficialismo intentaba transmitir optimismo, la situación financiera sigue agravándose. La próxima semana, la Secretaría de Finanzas deberá afrontar vencimientos de deuda en pesos por 9,2 billones de pesos. Si se mantiene la tendencia de las últimas licitaciones, los plazos se acortarán y las tasas subirán, lo que podría derivar en vencimientos mensuales superiores a los 20 billones de pesos y alimentar el temor a una dolarización forzada. En este contexto, el margen de maniobra del Gobierno se reduce y el riesgo de una crisis mayor aumenta con el paso de los días.