La confianza del consumidor se resiente en febrero y expone las desigualdades sociales

El Índice de Confianza del Consumidor cayó un 0,3% en febrero, cortando una racha de cinco meses en alza. La brecha entre hogares según nivel de ingresos se profundiza y la percepción personal sigue en declive.

En un contexto de inflación persistente y pérdida del poder adquisitivo, la confianza del consumidor registró en febrero su primer retroceso en cinco meses. El Índice de Confianza del Consumidor (ICC), elaborado por el Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella, marcó una baja del 0,3% respecto a enero. Aunque el dato interanual arroja un crecimiento del 31,13%, el desgaste económico se hace sentir en los hogares, especialmente en los sectores de menores ingresos.

Las encuestas, realizadas entre el 3 y el 13 de febrero, evidencian una leve mejora en la percepción macroeconómica (1,1%), aunque la mayoría de los encuestados considera que su situación personal se deterioró (1,3%). El contraste es claro: mientras las «Condiciones Presentes» crecieron un 79,46% interanual, las expectativas a futuro mostraron un avance más moderado del 12,47%.

“La brecha por niveles de ingresos es alarmante”, señala Sebastián Auguste, director del estudio. Los hogares de mayores ingresos experimentaron un incremento interanual del 30,96%, mientras que en los de menores recursos la mejora fue del 28,77%. Sin embargo, en la comparación mensual, los sectores más vulnerables registraron una caída del 11,13%, frente a un alza del 10,34% en los de mayores ingresos.

Las diferencias también se reflejan en las regiones. El Gran Buenos Aires fue el único que mostró una mejora significativa (+1,87%), seguido por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (+1,04%). En cambio, el Interior del país experimentó una baja del 3,84%, revirtiendo el crecimiento registrado en enero.

El dato de febrero marca un punto de inflexión en la tendencia positiva observada desde septiembre de 2024. La combinación de precios elevados y salarios rezagados golpea con mayor fuerza a los sectores vulnerables, debilitando su capacidad de consumo y amplificando las desigualdades económicas.

Si bien el repunte interanual del índice muestra cierta resiliencia, el retroceso mensual revela las tensiones del presente. En un escenario de incertidumbre económica, la confianza del consumidor sigue siendo un termómetro clave para anticipar el pulso social y los desafíos que enfrenta la recuperación económica.