Renuncias masivas en universidades por los bajos salarios

Los bajos salarios y la falta de fondos para investigar están impulsando una deserción sin precedentes en las universidades públicas, comprometiendo la calidad educativa y científica del país.

El sistema universitario argentino atraviesa una de sus peores crisis. Los bajos salarios docentes y la desinversión en investigación han llevado a un éxodo masivo de profesores, dejando a las universidades en una situación crítica. Este problema no solo afecta el presente, sino también amenaza con hipotecar el futuro del conocimiento y la ciencia en el país.

Un caso emblemático es la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde este año renunciaron 135 docentes y auxiliares, representando el 13% de su planta docente. “Los sueldos de nuestros investigadores son entre tres y cuatro veces más bajos que en países vecinos, lo que obliga a nuestros talentos a buscar oportunidades afuera”, declaró Guillermo Durán, decano de Exactas.

Esta situación también golpea a otras instituciones, como la Universidad Nacional de Quilmes, que se vio forzada a cerrar inscripciones en carreras de informática para 2025 debido a la falta de personal capacitado. La precariedad salarial y la ausencia de financiamiento adecuado han paralizado proyectos de investigación, vaciado laboratorios y provocado un éxodo de científicos hacia el extranjero o el sector privado.

Aunque el gobierno asegura que la inversión en educación superior para 2025 será histórica, los datos reflejan una brecha alarmante entre los recursos asignados y las necesidades reales del sistema. Esta contradicción entre discurso y acción pone en jaque la calidad educativa y el desarrollo científico, pilares fundamentales para el progreso de cualquier sociedad.