El derrumbe del consumo de carne no encuentra fondo: récord negativo y pico de exportaciones en noviembre
El consumo anual de carne vacuna per cápita cayó a 47,4 kilos, uno de los niveles más bajos en décadas. Mientras tanto, las exportaciones alcanzaron cifras históricas, marcando un desequilibrio en el mercado interno.
La mesa de los argentinos, históricamente asociada al consumo de carne vacuna, atraviesa una crisis profunda. Un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra) reveló un desplome alarmante en los niveles de consumo per cápita, que se contrasta con un récord en las exportaciones del sector. La tendencia evidencia un impacto directo de la inflación, la sequía y las distorsiones en la economía nacional.
El informe de Ciccra señala que, entre enero y noviembre de 2024, el consumo aparente de carne vacuna por habitante cayó a 47,4 kilos anuales, representando una baja del 11,1% respecto al mismo período de 2023. En una comparación interanual, el promedio móvil de los últimos doce meses se redujo un 12,4%, quedando en 47 kilos, el nivel más bajo registrado en varias décadas.
En paralelo, las exportaciones marcaron un pico histórico, con más carne destinada a mercados internacionales y menos al consumo interno. Este fenómeno, impulsado por la demanda de China y otros países, ha reducido el peso relativo de la producción destinada al mercado doméstico. “La industria prioriza la rentabilidad en dólares, mientras que el acceso de los argentinos a un producto emblema se vuelve cada vez más limitado”, explicó el informe.
En noviembre, el precio promedio de la hacienda en Cañuelas subió un 7,6% respecto a octubre, alcanzando los $1.872,8 por kilo vivo. Este incremento, liderado por las categorías más jóvenes, ocurrió en un contexto de menor oferta, ya que el número de cabezas ingresadas al mercado cayó significativamente. En dólares, el precio también registró un aumento del 5,4%, alcanzando su valor más alto en siete años.
El informe también atribuye la caída en la faena, que disminuyó un 8,2% interanual en noviembre, a la sequía de 2023. Esta crisis climática forzó ventas anticipadas y redujo el stock de vientres, afectando la preñez y la parición de terneros en 2024. Durante los primeros once meses del año, se faenaron 12,67 millones de cabezas, un 5,7% menos que en 2023, ubicándose en el puesto 11 entre los últimos 45 años.