Un genocida en la calle
Tres hombres de civil en un vehículo sin identificación trasladaron esta tarde al represor Miguel Etchecolatz desde la casa donde goza de arresto domiciliario hasta una clínica privada en el centro de la ciudad bonaerense de Mar del Plata. Según testigos, el ex policía llevaba anteojos negros y sonreía.
El genocida, con seis condenas por delitos de lesa humanidad, llegó a la clínica Colón cerca de las 18 en una camioneta Fiat Toro blanca patente AB 247 UR. Allí lo esperaba su esposa. Los jóvenes asistentes lo ayudaron a bajar y a sentarse en una silla de ruedas.
Dos horas después los mismos hombres lo devolvieron a su casa del bosque Peralta Ramos, donde la comunidad marplatense repudió su presencia con marchas y actos. Etchecolatz fue condenado por cientos de secuestros, torturas, asesinatos y apropiaciones de bebés. Hacia él conducen además todas las pistas sobre la segunda desaparición forzada de Jorge Julio López en 2006.