Ecos de un silencio: la lucha de Griselda Blanco contra la corrupción policial
La muerte de la periodista Griselda Blanco ha revelado un entramado de corrupción y encubrimiento en las fuerzas de seguridad de Corrientes. Las denuncias contra el comisario Walter Maciel son solo la punta del iceberg.
La historia de Griselda Blanco, periodista asesinada en 2023, resuena con fuerza en Corrientes. Sus denuncias contra el comisario Walter Maciel, acusado de encubrimiento y abuso de poder, iluminan un oscuro sistema de corrupción policial.
El 20 de mayo de 2023, la periodista Griselda Blanco fue hallada estrangulada en su domicilio en Curuzú Cuatiá. Aunque un empresario vinculado sentimentalmente con ella fue detenido por el crimen, el trasfondo de su asesinato revela una historia más profunda y alarmante.
Griselda había utilizado su plataforma en redes sociales para denunciar al comisario Walter Maciel, quien, a pesar de enfrentar denuncias por abuso sexual desde 2019, continuaba en funciones. En un posteo de 2022, Griselda expresaba su indignación por la protección brindada a Maciel: “No podemos tener un violador en la fuerza”, clamaba, exigiendo justicia para Diana Yardín, la oficial que había sido desplazada tras denunciarlo.
El informe oficial menciona que Maciel, acusado de encubrimiento en el caso del pequeño Loan, no solo mantuvo su puesto, sino que fue trasladado a otra comisaría. Este patrón de encubrimiento y manipulación se repite en las denuncias de sus subalternos, quienes relatan maltratos laborales y abuso de poder en la Comisaría de 9 de Julio.
Las declaraciones del fiscal general César Sotelo y de los fiscales del caso Loan, Guillermo Barry y Juan Carlos Castillo, reflejan la gravedad de las acusaciones: encubrimiento calificado por la gravedad del delito precedente y la calidad de funcionario público. Sin embargo, los vecinos de 9 de Julio también agregan otras acusaciones, como extorsión y posibles vínculos con el tráfico de niños, un escenario alarmante que refuerza las sospechas sobre el comisario.
La lucha de Griselda Blanco no solo fue un grito solitario por justicia, sino un reflejo del sistema de impunidad y corrupción que continúa permeando en ciertas esferas de la seguridad en Corrientes. Su legado resuena como un llamado a la sociedad para no olvidar y exigir respuestas, un recordatorio constante de que la búsqueda de la verdad debe prevalecer, aun en medio del peligro.