7 de Enero: hoy se celebra el Día del Coleccionista
Hoy, 7 de enero, se celebra el Día del Coleccionista en Argentina. Una fecha en la que se reconoce el sacrificio de los aficionados al reto que supone recopilar y almacenar objetos para aumentar sus colecciones y su pasión por ellas.
Desde latas de gaseosas del mundo, billetes, estampillas hasta vehículos históricos, todos tenemos o tuvimos un pequeño fetiche que nos aporta placer adquirir.
Por ello, durante el día de hoy se reconoce ese maravilloso empeño del ser humano en una afición que conlleva un gran esfuerzo de investigación e interés. Entre las más comunes se encuentran la filatelia o colección de estampillas, billetes de banco o notafilia, aviones y autos de colección en escala.
El coleccionismo es un hobby o afición que consiste en juntar o agrupar objetos de una misma categoría. Es muy amplio el abanico de tipos de colecciones que existen hoy en día.
El coleccionismo depende de los gustos personales de cada uno y en muchos casos los coleccionistas realizan colecciones muy específicas, mientras que otras personas buscan y agrupan con mayor amplitud y sin tanta exactitud.
Cada día existen más coleccionistas que guardan objetos importantes o valiosos para ellos segando a tener una colección importante. Entre los tipos de coleccionismo más comunes se encuentran:
- Xiloteca: (colección de maderas).
- Filatelia: (coleccionismo de sellos).
- Deltiología: (colección de postales).
- Numismática: (colección de monedas).
- Notafilia: (colección de billetes de banco).
- Filolumenia: (colección de cajas de fósforos).
- Conquiliología: (colección de conchas de moluscos).
- Glucosbalaitonfilia: (colección de sobres de azúcar).
Del mismo modo existen otros tipos de colecciones comunes que no se encuentran adscritos a ningún nombre específico, como por ejemplo:
- Cromos
- Llaveros
- Pinturas
- Abanicos
- Cajas de música
- Comics o tebeos
- Piezas de ajedrez
- Casas de muñecas
- Décimos de lotería
- Utensilios antiguos
- Coches en miniatura
- Carteles publicitarios
- Autógrafos de famosos
Según explican conocedores en la materia, desde que somos pequeños estamos rodeados de innumerables cosas que pueden convertirse en un objetivo ideal para coleccionar. Quién no recuerda el intercambio de cromos en el patio del colegio, o el empezar a guardar pequeñas cosas que nos llaman la atención y que al cabo de un tiempo han acabado formando parte de una colección, por pequeña que fuera.
Entonces no sabemos por qué lo hacemos, pero tenemos una necesidad innata de ir consiguiéndolo.
Nuestro cerebro necesita marcarnos unos objetivos a conseguir, muy similares a los propósitos que hacemos para Año Nuevo, los retos que nos marcamos para correr una maratón o el prepararnos concienzudamente para escalar hasta la cima de una montaña… En todos esos casos, la recompensa que recibimos al conseguirlo nos resulta altamente placentera. Esto se debe a la condición del ser humano como buscador que hemos heredado de nuestros ancestros.
Hoy en día vivimos en la conocida como sociedad del bienestar, donde casi todo ya nos viene dado o es muy fácil conseguirlo, pero nuestros antepasados -y sobre todo los pueblos nómadas de la antigüedad- estaban en un continuo proceso de búsqueda: dónde cobijarse, qué comer, con quién tener descendencia… Día a día tenían nuevos retos de supervivencia que debían ir superando.
Todo eso quedó grabado en nuestra herencia genética. La mayoría de nosotros no tenemos necesidad de jugarnos la vida para poder comer, tener una propiedad donde vivir o encontrar una pareja, y por tal motivo nuestro cerebro necesita experimentar la sensación de buscar y encontrar, lo que nos aporta una dosis extra de dopamina, el neurotransmisor responsable de nuestros estados de alegría, bienestar y placer.
De ahí que sea tan satisfactorio cuando un coleccionista encuentra ese objeto único y que llevaba tanto tiempo buscando, pero que también se puede convertir en algo altamente frustrante cuando no se logra.
Sin embargo, la agradable sensación de ir consiguiendo nuevos elementos para nuestra colección con el tiempo tiende a desaparecer, debido a que se convierte en algo rutinario. De ahí que aparezca esa imperiosa necesidad por conseguir algo cada vez más exclusivo y único.