Alerta digital y extremismo: la red “764”, la secta neonazi satánica detrás de amenazas universitarias
"764" es una red extremista digital originada en 2020, señalada por el FBI y la NCA como una secta neonazi satánica que opera en plataformas como Discord y Telegram, promoviendo la violencia, la coacción sexual y el suicidio entre adolescentes vulnerables.
La aparición del número “764” en recientes mensajes intimidatorios dirigidos a instituciones académicas argentinas, como la Universidad Católica Argentina (UCA) y la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTreF), ha encendido las alarmas de seguridad y puesto bajo la lupa a esta red satánica neonazi de alcance internacional. Investigada por divisiones antiterroristas argentinas con apoyo directo del FBI, «764» es un entramado digital que, desde su creación, se ha caracterizado por prácticas extremas y coactivas, centrándose en la radicalización de jóvenes y la promoción de la autolesión y la violencia.
El rastro digital de la amenaza: Origen y estructura de “764”
La red “764” surgió en 2020 por iniciativa de un adolescente estadounidense de tan solo 15 años, Bradley Cadenhead. Aunque no hay un consenso absoluto sobre su denominación, se sugiere que el número está vinculado al código postal de la localidad texana donde residía su fundador.
El modus operandi de este grupo ha sido objeto de investigaciones por parte de organismos de inteligencia y seguridad como el FBI de Estados Unidos y la Agencia Nacional contra el Crimen (NCA) del Reino Unido.
Plataformas de captación y métodos de coacción
Lejos de operar en forums cerrados y oscuros, «764» utiliza plataformas de interacción masiva y habituales entre los jóvenes para reclutar y operar, incluyendo:
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Discord: Plataforma de comunicación por excelencia entre gamers y comunidades temáticas.
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Roblox: Un universo de videojuegos y experiencias virtuales con una alta afluencia de menores.
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Telegram: Un servicio de mensajería cifrada que facilita la comunicación grupal y la difusión de contenido.
El FBI ha calificado a los miembros de «764» como «depredadores cibernéticos». Su método de captación es sistemático y perverso: se acercan a adolescentes y menores con evidentes vulnerabilidades emocionales o psicológicas, establecen un vínculo de confianza y luego ejercen una coacción extrema.
Esta presión busca inducir a las víctimas a conductas sexuales, autolesiones o, en los casos más graves, intentos de suicidio, a menudo mientras son grabadas o monitoreadas en videollamadas en tiempo real.
Un cóctel de extremismo: neonazismo y satanismo
Organismos internacionales han catalogado a “764” como una “secta neonazi satánica” debido a la mezcla de ideologías extremistas que promueve.
La red:
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Glorifica la violencia: Ensalza actos de violencia masiva, incluyendo ataques tristemente célebres como la masacre de Columbine.
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Promueve el neonazismo: Busca introducir a jóvenes en discursos de odio y supremacismo blanco, utilizando simbología como esvásticas y pentagramas, según lo hallado en las investigaciones.
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Insensibiliza a la violencia: Según el Departamento de Justicia de EE. UU., el objetivo es «insensibilizar a los jóvenes ante la violencia», preparándolos psicológicamente para la acción extrema.
Casos judiciales y la gravedad de las acciones
La seriedad de la amenaza se evidencia en casos judiciales registrados en el Reino Unido. Adolescentes vinculados a la red “764” han sido detenidos y condenados por su participación en la coacción de menores.
El caso de Cameron Finnigan, condenado a seis años de prisión con solo 18 años, ilustra la extrema peligrosidad del grupo. En sus comunicaciones, Finnigan se jactaba de sus esfuerzos «para lograr que los niños se hagan daño a sí mismos».
El subdirector del FBI, David Scott, resumió la gravedad de la situación, describiéndola como «una de las cosas más inquietantes que estamos viendo» en el ámbito del crimen cibernético y el extremismo.
La resonancia en Argentina
Aunque fuentes cercanas a la investigación sugieren que «no hay evidencia de la existencia [física] del grupo en Argentina», la mención de “764” en las amenazas a la UCA y la UNTreF sugiere que individuos locales podrían estar intentando vincularse a la red o utilizar su nombre para generar terror.
La intervención de la División de Investigaciones de Amenazas e Intimidaciones (DITI) y otras unidades antiterroristas, coordinadas con el FBI, refleja la seriedad con la que se toman estas intimidaciones, asumiendo la hipótesis de que quienes envían los mensajes buscan «sumar puntos» para ser reconocidos o integrados a la comunidad digital.
La red “764” representa un peligroso cruce entre el extremismo ideológico, la coacción sexual y la explotación de vulnerabilidades psicológicas en el entorno digital. Mientras las autoridades argentinas y el FBI continúan la investigación para determinar el origen y la seriedad de las amenazas universitarias, el caso subraya la necesidad urgente de monitorear y comprender la radicalización que ocurre en las plataformas frecuentadas por los jóvenes.
