Preocupación en el sector energético: Pymes industriales advierten por la caída del uso de la capacidad instalada

Las pymes proveedoras de la industria de petróleo y gas alertan por un fuerte freno en la actividad, con un 75% de las empresas operando con al menos un 25% de su capacidad productiva ociosa entre junio y agosto. El sector, representado por el GAPP, cuestiona la caída en el volumen de negocios y el impacto de la libre importación de insumos y equipos.

Tres de cada cuatro pymes petroleras operan con capacidad ociosa

Un reciente relevamiento realizado por el Grupo Argentino de Proveedores Petroleros (GAPP), que nuclea a 250 pymes industriales con una dotación de 42.000 trabajadores en el país, expuso un escenario de desaceleración productiva en uno de los sectores más dinámicos de la economía argentina.

El informe detalla que tres de cada cuatro empresas (más del 75%) vinculadas a la cadena de valor de la energía y el gas operaron durante el segundo trimestre del año (junio, julio y agosto) con al menos un 25% de su capacidad instalada sin utilizar.

El relevamiento del GAPP sintetiza la situación en un “escenario de alta capacidad ociosa, menor volumen de negocios, tensiones laborales y dificultades en la actualización contractual”.

Al desglosar los datos de la variable nivel de actividad productiva, la encuesta arrojó los siguientes resultados:

  • Capacidad ociosa media (25% al 50%): 53% de las empresas.
  • Capacidad ociosa alta (50%–60%): 16% de las empresas.
  • Capacidad ociosa muy alta (más del 60%): 8% de las empresas.
  • Sin capacidad ociosa: Solo un 2% de las pymes.

Si bien el GAPP no avizora una caída productiva para 2026, sí subraya el amesetamiento actual del sector y la amenaza latente que representa la libre importación de equipamiento e insumos que podrían ser fabricados por la industria nacional.

Factores de la merma: precios, costos y competencia externa

Aunque el informe del GAPP se centra en la realidad de sus asociados, la merma en la actividad del sector se relaciona con múltiples factores. A nivel internacional, la baja del precio del barril de crudo afecta la rentabilidad. A nivel local, los vaivenes económicos y la inestabilidad cambiaria reciente han incrementado los costos operativos.

Además, el desarrollo de yacimientos no convencionales como Vaca Muerta debe competir con el shale de la cuenca Permian de Estados Unidos, que aún mantiene menores costos, lo que presiona la eficiencia y demanda de proveedores locales.

La consultora NCS Multistage, que mide la actividad en Vaca Muerta a través de las etapas de fractura, confirmó esta tendencia al registrar una caída del 18% en septiembre en comparación con el mes de agosto.

Preocupación por la demanda y el impacto de la competencia foránea

El relevamiento también puso el foco en las expectativas y el escenario comercial de las pymes. Si bien un 31% mantiene una visión optimista o expectante para 2025–2026, el clima predominante es de moderación y cautela, con un 49% que se muestra cauteloso/moderado y un 20% que expresa preocupación por la evolución del mercado.

En el plano comercial, las preocupaciones principales se centran en la recepción de órdenes de compra (68% manifestó alta o muy alta preocupación) y la cantidad de pedidos de cotización (56% con preocupación elevada).

Un aspecto crucial que resalta la preocupación en la industria nacional es el incremento de la competencia externa: un 46% expresó preocupación por ella en el presente, una cifra que sube al 52% al proyectar el corto plazo. Esto evidencia “un mercado debilitado en demanda y con presión creciente de la competencia externa”, según subraya el GAPP.

En cuanto a los recursos humanos, la mayoría de las pymes ha priorizado la estabilidad, con un 42% que logró sostener la plantilla sin despidos. No obstante, las dificultades se manifiestan en la contratación: un 23% debió cancelar o postergar ingresos de nuevo personal, mientras que un 16% informó despidos y un 6% implementó suspensiones o reducción de jornadas.