La OCDE pronosticó un menor crecimiento y mayor inflación en 2025 en Argentina
La OCDE empeoró sus proyecciones para la economía de Argentina, anticipando para este año un crecimiento menor (4,5%) y una inflación más alta (39,8%), con gran diferencia respecto a las cifras oficiales.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) emitió un nuevo informe que rebaja drásticamente sus expectativas económicas para la Argentina, proyectando un panorama de menor crecimiento y una inflación significativamente más alta de lo que había anticipado previamente. Este ajuste a la baja no solo indica un deterioro en las proyecciones respecto a su reporte de junio, sino que también marca una notable diferencia con las cifras más optimistas manejadas por el Gobierno nacional en su plan presupuestario.
La nueva previsión de la OCDE estima un avance del Producto Bruto Interno (PBI) de solo 4,5% para este año, una merma de siete décimas en comparación con el 5,2% pronosticado en junio pasado. Paralelamente, la proyección de la inflación para el mismo período se elevó a un alarmante 39,8% anual, superando en 3,2 puntos porcentuales el pronóstico anterior del 36,6%. Este empeoramiento subraya la persistencia y aceleración del problema inflacionario en el país, lo que genera una gran preocupación en el escenario internacional.
La brecha con las expectativas del Gobierno
Las cifras de la OCDE contrastan fuertemente con las previsiones oficiales del Gobierno argentino, explicitadas en el proyecto de Presupuesto 2026.
Mientras el organismo internacional anticipa un escenario cauteloso, las estimaciones del oficialismo se muestran considerablemente más optimistas, particularmente en lo que respecta al mediano plazo. Para el año 2026, la OCDE prevé que el crecimiento de la actividad continúe, aunque moderadamente, con un avance del PBI del 4,3%, y una desaceleración de la variación de precios que llevaría la inflación al 16,5%.
En contraposición, el Gobierno presentó un proyecto que espera que el PBI crezca un robusto 5% en 2026 y que la inflación descienda drásticamente hasta el 10%. Esta disparidad en los pronósticos de dos fuentes de peso refleja la incertidumbre en torno a la efectividad de las políticas económicas implementadas y el impacto real que tendrán en la estabilidad macroeconómica del país.
Desaceleración global y rigidez de precios
El panorama preocupante para Argentina se enmarca, a su vez, en un contexto de desaceleración económica global, según la misma organización. A nivel general, la OCDE proyecta que el crecimiento mundial disminuirá del 3,3% en 2024 al 3,2% en 2025 y al 2,9% en 2026.
El organismo atribuye esta desaceleración a factores clave como los aranceles más altos y la incertidumbre política, los cuales actúan como freno para la inversión y el comercio internacional. La OCDE también precisó que la producción industrial y el comercio se vieron impulsados por una concentración de impuestos anticipada, pero que los efectos de los aranceles más altos ya se perciben en el comportamiento de los consumidores, los mercados laborales y los precios.
En lo referente a la inflación global, el informe señala que la desinflación se ha estancado en muchas economías debido al aumento de los precios de los alimentos y a la persistencia de la inflación en los servicios. Se espera que la inflación general disminuya del 3,4% en 2025 al 2,9% en 2026, pero la inflación básica en las economías avanzadas del G20 permanecería casi estable, descendiendo solo marginalmente del 2,6% al 2,5%.
En este entorno global de precios rígidos y menor dinamismo, la situación argentina, con una inflación proyectada casi cuatro veces superior al promedio del G20 para 2025, resalta la gravedad de sus desafíos internos y la urgencia de medidas estructurales más eficaces.