¿Por qué la compañía de un perro es más relajante que la de un amigo?

Diversos estudios científicos demuestran que la presencia de un perro puede reducir la ansiedad y el estrés de manera más efectiva que la de un amigo. Su apoyo incondicional y libre de juicios mejora el bienestar emocional y fomenta la liberación de hormonas del bienestar.

¿Puede la compañía de un perro ofrecer un mayor alivio emocional que la de un amigo? Según especialistas en conducta y diversos estudios científicos, la respuesta es afirmativa. Quienes conviven con perros reportan sentirse menos ansiosos y experimentan una respuesta fisiológica más estable, como la disminución de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, en situaciones de estrés. Esta conexión única y el apoyo incondicional que brindan los caninos los posicionan como aliados insuperables en la lucha contra la ansiedad y la mejora del estado de ánimo.

El efecto calmante de los perros se explica por su naturaleza predecible y confiable. La profesora de psicología Evangeline Wheeler señala que «el amor incondicional que recibimos de ellas nos brinda una sensación de seguridad». A diferencia de los humanos, un perro ofrece un apoyo sin prejuicios ni críticas, simplemente está presente y observa atentamente.

Esta cualidad fue demostrada en estudios donde los participantes debían resolver tareas complejas bajo presión. Aquellos que estaban acompañados por su perro mostraron indicadores fisiológicos de estrés más bajos en comparación con quienes tenían cerca a amigos o familiares. Además, otra investigación comprobó que la interacción con los perros producía un mayor alivio anímico ante preocupaciones que otros métodos de relajación.

La sinceridad del apoyo canino

El apoyo de un perro es único por su sencillez y honestidad. Como afirma Daniel Mills, especialista en medicina del comportamiento veterinario, «un perro no va a tratar de arreglar el problema de la misma forma en que lo haría una persona». Esa escucha silenciosa y sin interrupciones permite a la persona desahogarse y expresar sus sentimientos más profundos sin el temor a ser juzgado.

La interacción con un perro libera oxitocina, conocida como la hormona del apego, que reduce el estrés y fortalece el vínculo afectivo. Este intercambio de afecto, incluso en breves pausas durante el teletrabajo, ayuda a reactivar la energía y la creatividad, y reduce el impacto de la ansiedad, favoreciendo una recuperación emocional más ágil. En definitiva, los perros nos recuerdan el valor del apoyo mutuo y la atención incondicional, sembrando un terreno propicio para el equilibrio emocional.