¿Cuál es la insólita leyenda del tomate?

La ciudad de Salem, en Nueva Jersey, esconde una leyenda fascinante sobre el tomate, un fruto que pasó de ser temido por su supuesta toxicidad a convertirse en un símbolo de la tradición local, impulsado por un valiente horticultor.

Aunque la ciudad de Salem, Massachusetts, es mundialmente conocida por sus juicios de brujas, otra ciudad del mismo nombre en Nueva Jersey tiene su propia historia legendaria, protagonizada no por brujas, sino por el humilde tomate. Durante siglos, este fruto rojo fue visto con desconfianza en Europa y América, ganándose la fama de ser una «manzana envenenada». La leyenda local atribuye a un valiente horticultor la hazaña que desterró el mito y convirtió al tomate en un emblema de la comunidad.

Durante mucho tiempo, el tomate fue evitado en Occidente. La creencia de que era venenoso se originó en la aristocracia europea, que usaba vajillas de peltre, una aleación con alto contenido de plomo. La acidez del tomate reaccionaba con el plomo del plato, causando intoxicaciones que, erróneamente, se atribuían al fruto. Esta asociación se mantuvo durante siglos, dificultando su aceptación generalizada.

El mito del horticultor valiente

En Estados Unidos, la aceptación masiva del tomate se produjo a finales del siglo XIX, en gran parte gracias a los inmigrantes italianos que popularizaron su uso en la cocina. Sin embargo, en Salem, Nueva Jersey, la historia oficial tiene su propio héroe: Robert Gibbon Johnson.

Según la leyenda, Johnson, un reconocido horticultor local, se propuso desmentir el mito de la toxicidad del tomate. En un acto público, en 1820, se paró frente al juzgado de la ciudad y, ante la mirada de una multitud expectante, se comió una canasta entera de tomates, demostrando así su inocuidad. Este acto, aunque no cuenta con registros históricos que lo confirmen, fue recogido y difundido por el historiador Joseph S. Sickler en 1937, convirtiéndose en un relato popular que simboliza la valentía y el espíritu de la comunidad.

Una tradición viva y un pasado complicado

La leyenda de Johnson se arraigó tan profundamente en Salem que la ciudad celebró durante décadas el Festival del Tomate de Salem. Este evento, que incluía recreaciones de la hazaña de Johnson y diversas actividades centradas en la fruta, se convirtió en una tradición querida por los lugareños. Sin embargo, la celebración fue suspendida después de que se revelara que Johnson fue esclavista, lo que llevó a un debate sobre cómo honrar una historia que, aunque emblemática, estaba ligada a un pasado doloroso.

A pesar de la suspensión del festival, la conexión de Salem con el tomate sigue siendo fuerte. La ciudad tiene una larga historia en la producción de ketchup y conserva un gran aprecio por el fruto. La leyenda, aunque parcialmente desmitificada, sigue viva como un relato que fusiona la tradición, la historia y la cultura local en una de las anécdotas más curiosas sobre el tomate en Estados Unidos.