Crimen de Diego Fernández Lima: El abogado del sospechoso niega vínculo con la víctima

El hallazgo de los restos de Diego Fernández Lima conmocionó a Coghlan y reabrió un misterio de 41 años. El abogado de Cristian Graf, principal sospechoso, afirma que no había relación entre ambos jóvenes, pese a ser compañeros de escuela. La defensa busca desvincular a su cliente de un crimen que la justicia investiga con nuevos datos.

Hace 41 años, la desaparición de Diego Fernández Lima, un adolescente del barrio porteño de Coghlan, quedó envuelta en un manto de silencio que parecía inquebrantable. Sin embargo, el reciente hallazgo de sus restos, enterrados en el jardín de una propiedad que alguna vez perteneció a la familia de Cristian Graf, reabrió una investigación que lo señala a él como el principal sospechoso. En este contexto, el abogado de Graf, Martín Díaz, ha salido a los medios para desmentir cualquier vínculo directo entre su cliente y la víctima, una estrategia que busca desvincularlo de la investigación por «encubrimiento agravado» y «supresión de evidencia».

Según la versión del letrado, la relación entre ambos jóvenes no pasaba de ser la de «compañeros de escuela». «No nos consta que haya algún tipo de amistad. Cristian Graf no tenía relación ni vínculo con la víctima», enfatizó Díaz en declaraciones a la prensa, minimizando el hecho de que ambos asistían a la misma institución, la Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET) Nº36, un dato que, según él, compartían con «otros 350 chicos». Esta declaración contrasta con las informaciones iniciales que sugerían que Graf y Fernández Lima fueron amigos de la infancia, un detalle que había centrado gran parte de la atención mediática y judicial en el sospechoso.

Un caso de misterio y sospecha que se reabre

El cuerpo de Diego Fernández Lima fue encontrado enterrado en una medianera, en el límite de dos propiedades, una de las cuales era de la familia de Graf. Este hecho, sumado a la cercanía temporal entre la desaparición del joven en 1984 y la residencia de Graf en el lugar, ha generado que la Justicia, a través del fiscal Martín López Perrando, lo cite a declarar. La imputación, por ahora, se centra en delitos que no lo señalan directamente como el autor material, sino como alguien que ocultó un hecho y sus pruebas durante cuatro décadas. «Graf no puede quedar detenido porque no hay ninguna imputación», insiste su abogado, lo que sugiere una defensa que se aferra a la falta de pruebas directas que lo vinculen al asesinato.

El caso ha mantenido a la opinión pública en vilo. La vivienda donde se encontraron los restos es la misma en la que Graf vivía con su madre y su hermana, y si bien él se mudó a una propiedad cercana en el mismo barrio de Coghlan, su madre aún reside en el lugar. Esta cercanía geográfica y familiar ha hecho que la sospecha sobre Graf sea particularmente fuerte, ya que es difícil imaginar que alguien no tuviera conocimiento de un cuerpo enterrado en el jardín de su casa.

La reacción del sospechoso y las dudas que persisten

La expectación mediática en torno al caso alcanzó su punto máximo cuando Graf fue abordado por periodistas a su llegada a un lugar no especificado, acompañado de su pareja y un allegado. Cuando le preguntaron directamente si él había sido el asesino, su única respuesta, según los reportes, fue una extraña y críptica mención a «mi papá». Su acompañante, que alegó que Graf se sentía mal y tenía problemas de presión, sirvió como un escudo, impidiendo que el sospechoso brindara más detalles o hiciera alguna otra declaración.

La comunidad y la familia de la víctima esperan que las nuevas medidas de la Justicia logren esclarecer los hechos que mantuvieron este crimen en el más absoluto silencio durante más de 40 años. La declaración del abogado de Graf, negando cualquier vínculo, introduce un nuevo elemento en una historia que parecía cada vez más clara. Sin embargo, las preguntas persisten: ¿Qué llevó a la Justicia a sospechar de él? ¿Por qué los restos de Diego fueron hallados en una propiedad de su familia? Y lo más importante, ¿qué ocurrió realmente en 1984 con Diego Fernández Lima? La investigación continúa, y cada nuevo dato abre una nueva puerta en un laberinto de misterio.