Ajuste histórico a la ciencia en Argentina: La inversión cae a su mínimo en más de 20 años
La inversión en ciencia y tecnología en Argentina ha alcanzado su "piso histórico", situándose por debajo de los niveles de la crisis de 2002. El presupuesto destinado para 2025 representa solo el 0,156% del PBI, lo que genera una "paralización total" de proyectos clave e investigaciones a nivel nacional.

La comunidad científica argentina se encuentra en un estado de alarma ante el drástico recorte presupuestario que, según un informe del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIICTI), ha llevado la inversión a un mínimo histórico. La asignación del Presupuesto 2025 para ciencia y tecnología es apenas del 0,156% del PBI, una cifra que no solo está muy por debajo del 0,300% de 2023, sino que incluso es inferior al 0,177% de 2002, año que marcó uno de los picos de la crisis económica y política más severa del país. Esta situación no solo impacta en el desarrollo de futuros proyectos, sino que también afecta la operatividad actual del sector, generando la interrupción de investigaciones fundamentales.
El informe, liderado por el exministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, detalla que este ajuste supera con creces el que se produjo entre 2015 y 2019, que fue del 35,3%. Este recorte tiene consecuencias directas y palpables en las instituciones y proyectos de investigación más emblemáticos de Argentina.
Paralización de proyectos estratégicos y programas de innovación
La falta de financiamiento ha provocado una «paralización total» de iniciativas estratégicas que tenían un impacto directo en el desarrollo tecnológico y la soberanía del país. Daniel Filmus ha detallado una lista de proyectos que han sido frenados, entre los que se encuentran:
- Comisión Nacional de Energía Atómica: Se ha paralizado el desarrollo del reactor nuclear CAREM 1.
- Sector espacial: La construcción del satélite SABIA-Mar se ha detenido, y no se ha avanzado con la elaboración de un nuevo satélite meteorológico ni con los satélites de comunicaciones.
- Medicina: El proyecto de la Sala de Protonterapia en el Instituto de Oncología Ángel Roffo también ha sido paralizado, un revés para la investigación y el tratamiento de enfermedades oncológicas.
- Programas federales: Los programas destinados a la construcción de laboratorios y la compra de equipamiento en el interior del país, concebidos para fomentar la federalización de la ciencia, han sido suspendidos.
Esta situación no solo compromete el avance tecnológico, sino que también pone en riesgo la capacitación de los investigadores y el desarrollo de nuevas vocaciones científicas. La falta de equipamiento y la interrupción de proyectos provocan la migración de talentos, como la salida de unos 1.600 investigadores del CONICET que se menciona en el informe, una fuga de cerebros que debilita el futuro científico del país.
Incumplimiento de la Ley de Financiamiento de la Ciencia
El ajuste presupuestario no solo representa un retroceso, sino que también implica un claro incumplimiento de la Ley de Financiamiento de la Ciencia, aprobada por el Congreso en 2021. Dicha ley establecía un aumento progresivo de la inversión para alcanzar el 1% del PBI en 2032. Con los actuales niveles de financiamiento, este objetivo se presenta como un horizonte inalcanzable, lo que aleja a Argentina de estándares internacionales en materia de inversión científica. La ley buscaba garantizar un crecimiento sostenido y predecible para el sector, una meta que el actual presupuesto desmantela por completo.
A pesar de los logros recientes y del reconocimiento internacional, el gobierno mantiene su postura de recorte. Logros como el hallazgo de la «estrella culona» o el descubrimiento de decenas de nuevas especies por científicos del CONICET, que han captado la atención mundial y han sido publicados en medios como el New York Times, no han sido suficientes para revertir la decisión. La comunidad científica, por su parte, ha respondido con protestas y marchas en las que se ha calificado la situación de «cientificidio».
En resumen, la inversión en ciencia en Argentina está en su punto más bajo en décadas. La paralización de proyectos estratégicos, la fuga de cerebros y el incumplimiento de una ley clave para el sector, representan un golpe muy duro para el desarrollo científico y tecnológico del país, con consecuencias que se sentirán durante años.