Una marea de fe y necesidad: miles de fieles piden por pan y trabajo en San Cayetano

Como cada 7 de agosto, el santuario de San Cayetano en Liniers se convierte en el epicentro de una de las celebraciones de fe más masivas del país.

Cientos de fieles comenzaron a acampar desde el fin de semana en las afueras del templo para pedir por una mejor situación económica, en un contexto de creciente precariedad laboral y desempleo. El lema de este año, “Con San Cayetano, todos hermanos”, refleja la creciente necesidad de una comunidad que busca en la devoción al santo un refugio y una fuente de esperanza.

La fila que visibiliza la crisis económica

La imagen de la extensa fila, que serpentea por las veredas del barrio, es una radiografía del momento social. Familias enteras, trabajadores informales y personas que perdieron su empleo o luchan por conseguir uno se agolpan en carpas improvisadas y bajo lonas para asegurar su lugar. Sus testimonios son elocuentes y dan cuenta del impacto de la crisis. Noma, una fiel del barrio, relata: “Hace un año que busco trabajo y no sale nada. Vengo con mi marido, más tarde viene él a relevarme un rato. Aprovecho para tejer”. Sus palabras reflejan la desesperación y la resiliencia de quienes, sin un respaldo del Estado o sin cobertura médica, encuentran en la fe la fuerza para seguir adelante.

La solidaridad también se hace presente en cada rincón de la fila. Los peregrinos no solo llevan sus ruegos, sino que muchos traen alimentos no perecederos para donar a comedores comunitarios y espacios de asistencia social, transformando la celebración en un acto de empatía colectiva. Este intercambio de gestos y esperanza es lo que mantiene viva la tradición año tras año.

Una jornada de misas, bendiciones y un ruego colectivo

La celebración arrancará oficialmente a la medianoche del miércoles con la tradicional apertura de puertas del templo y un show de fuegos artificiales, que marcan el inicio de una larga jornada de actividades litúrgicas. Durante todo el día, se realizarán misas, bendiciones y procesiones, convocando a fieles provenientes de distintos puntos del país. La jornada no es solo un acto de fe, sino también una manifestación popular que visibiliza las dificultades y la necesidad de una comunidad que se siente abandonada.

La devoción a San Cayetano, el patrono del pan y el trabajo, se ha consolidado como un pilar fundamental en la lucha diaria por subsistir. La peregrinación anual en Liniers es un recordatorio de que, para muchos argentinos, la esperanza y la fe son las últimas herramientas que les quedan en un contexto de precariedad y desempleo que no parece dar tregua.