Emergencia vial nacional: Advierten que el 50% de las rutas argentinas está en mal estado y Vialidad Nacional, «desactivada»

La red vial argentina enfrenta una crisis de proporciones, con la mitad de las rutas del país en condiciones deterioradas y una "desactivación de hecho" de Vialidad Nacional.

Alertó Sergio Ruppel, presidente de la Fundación Profesional de Transporte, quien destacó la gravedad de la situación y las serias consecuencias que podría traer para la seguridad y la economía del país.

Según Ruppel, la problemática no es reciente, sino el resultado de un deterioro prolongado. «La situación es desesperante. No es algo que comenzó este año. Las rutas vienen deteriorándose desde hace mucho tiempo», afirmó en declaraciones radiales. El experto subrayó que, si bien la cantidad de rutas se mantiene similar a la de décadas atrás, el volumen de tránsito se ha multiplicado exponencialmente, generando una sobrecarga insostenible. «Vialidad Nacional está desactivada de hecho. No interviene de manera significativa desde hace años», sentenció, refiriéndose a la presunta parálisis del organismo bajo la actual administración.

Mantenimiento vial: Un desafío sin fondos ni interesados

Ante la intención del Gobierno de trasladar la responsabilidad del mantenimiento vial a las provincias o al sector privado, Ruppel fue categórico al señalar la inviabilidad de estas propuestas. «Las provincias no tienen fondos. Si no pueden sostener hospitales ni escuelas, mucho menos van a poder hacerse cargo de las rutas», enfatizó.

Respecto a la opción de las concesiones privadas, el panorama es igualmente desalentador. «Cuando el gobierno intentó ofrecer las principales rutas a privados, nadie quiso tomarlas por el nivel de deterioro y el costo de inversión que requieren», reveló Ruppel. Además, destacó que un modelo de peajes que cubra los costos de inversión y mantenimiento sería «insostenible» para los usuarios. A esto se suma el desinterés del sector privado por tramos viales menos rentables pero vitales, como los de Pino Hachado o zonas rurales del norte, donde Vialidad Nacional cumple una función crucial de asistencia en emergencias climáticas o cortes por nieve.

Vialidad Nacional: Más allá del asfalto, un servicio esencial

Ruppel hizo hincapié en que la labor de Vialidad Nacional va mucho más allá de simplemente asfaltar caminos. «Vialidad no es solo repavimentar, también es presencia estatal en emergencias», explicó. Alertó sobre el peligro inminente de desmantelar un sistema que interviene activamente en situaciones críticas, especialmente en regiones alejadas o vulnerables.

La falta de planificación y previsión ante esta crisis fue otro punto de crítica del especialista. «¿Quién se va a ocupar ahora del mantenimiento, la asistencia y las emergencias en las rutas?», planteó, evidenciando el vacío que se generaría.

Consecuencias humanas y económicas: El alto costo del abandono vial

La advertencia de Ruppel también se centró en el impacto social y económico del colapso vial. «¿Quién no tiene un familiar o conocido que haya tenido un accidente de tránsito?», interpeló. Argumentó que el deterioro de las rutas no solo pone en riesgo vidas humanas, sino que también genera un altísimo costo económico para el sistema de salud, con gastos asociados a ambulancias, atención hospitalaria y cirugías derivadas de la accidentología. «La inversión en rutas es también una política de salud», concluyó.

Para el presidente de la Fundación Profesional de Transporte, el desmantelamiento de Vialidad Nacional representa un «error de magnitud estratégica». «Estamos desmontando un organismo que cumple un rol estructural en la integración territorial del país«, afirmó. Sin una acción urgente, advirtió Ruppel, el colapso de la infraestructura vial podría tener «consecuencias gravísimas» para el futuro de Argentina.