Empleo privado en Argentina sufre fuerte caída en marzo y salarios retroceden un 4% en tres meses
El mercado laboral argentino muestra un cambio de tendencia preocupante. Según el último informe de la Secretaría de Trabajo, basado en datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), en marzo de 2025 se produjo una destrucción de 9.000 puestos de trabajo formales, de los cuales 7.310 corresponden al sector privado. Este giro revierte la leve recuperación observada desde mediados de 2024 y marca el inicio de una nueva fase de deterioro del empleo y caída del salario real, a pesar de la desaceleración inflacionaria.

El SIPA, considerado la estadística más confiable en cuanto a empleo registrado por ser un registro fehaciente sobre el total del universo de aportes y contribuciones patronales, revela un panorama sombrío. Desde noviembre de 2023, la destrucción de empleos asalariados registrados acumula 195.674 puestos, aunque este número se ve parcialmente amortiguado por la conversión de casi 75 mil inscriptos al monotributo, lo que sugiere un deterioro en la calidad de las relaciones laborales.
La industria lidera la destrucción de empleo y el empleo público continúa su «Lenta Sangría»
El análisis de los datos del SIPA, realizado por Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma, subraya dos momentos claros en la dinámica reciente del empleo privado: una fase de marcada destrucción entre septiembre de 2023 y julio de 2024, seguida de un estancamiento. “El empleo en el sector privado dejó de caer en julio de 2024. En los siguientes 8 meses creció apenas un 0,3%”, afirmó Campos, quien añadió que este crecimiento “no alcanza ni para acompañar el crecimiento vegetativo de la población”. En referencia a las expectativas de reformas laborales, el investigador fue categórico: “Algunos decían que la reforma laboral iba a apuntalar el empleo formal. No pasó”.
A nivel sectorial, la industria manufacturera sufrió el golpe más duro en marzo, con la pérdida de más de 4.000 puestos de trabajo en un solo mes, una caída similar a las registradas a principios de 2024. Este dato consolida a la industria como el sector que encabeza el ranking de destrucción de empleo.
Por el lado del empleo público, Campos destaca que “continúa la lenta sangría”. Aunque la variación mensual en marzo fue marginal, los niveles se mantienen en los más bajos de los últimos dos años. “Sumado al deterioro salarial, el ataque contra los trabajadores del sector público es total”, enfatizó.
Asimismo, el empleo registrado en casas particulares ha alcanzado su piso en la última década, perforando la marca de 442.200 de marzo de 2015 para situarse en 441.500.
Salarios en retroceso: Casi un 4% de caída en tres meses
El informe oficial también arroja luz sobre la evolución de los ingresos de los trabajadores. En abril, “el salario en el sector privado medido por el SIPA, que no discrimina la cantidad de horas trabajadas, cayó por tercer mes consecutivo. Según la Secretaría de Trabajo, perdió casi un 4% en los últimos tres meses y volvió a los niveles de noviembre de 2023”, señaló Luis Campos. Este retroceso salarial se suma a la pérdida de puestos de trabajo, generando un doble impacto negativo en el poder adquisitivo de los hogares.
Al analizar los motivos detrás de este retroceso del empleo formal, Campos sugiere que “posiblemente haya estado condicionado por la caída de la actividad en marzo (fuerte en la industria y la construcción), aunque la relación entre ambas variables no viene siendo lineal en los últimos meses. El empleo no se enteró del rebote”.
A pesar de que en abril la industria y la construcción mostraron una marcada recuperación del 8,5% y 25,9% respectivamente, el analista advierte que las fases de recuperación de la actividad en períodos de tanta volatilidad «en general no se expresan en una recuperación del empleo medido en puestos de trabajo sino, a lo sumo, en un incremento de las horas trabajadas a través de horas extras e incluso en el uso y abuso del empleo no registrado».
Finalmente, la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) de la Secretaría de Trabajo, que releva las previsiones de contratación de las empresas, tampoco es auspiciosa para abril, con una caída del 0,24% en los niveles de empleo, aunque parte de este retroceso podría explicarse por razones estacionales.
El panorama que se vislumbra para los próximos meses no es alentador. «Para lo que viene el escenario pinta feo. El empleo formal está estancado en mínimos desde hace varios meses y la recuperación salarial del segundo semestre ya se agotó», concluyó Campos, señalando que el mercado laboral necesita un impulso urgente.