Crisis láctea: más de 1.000 tambos cerraron desde la asunción del gobierno de Milei
Un reciente informe del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) revela una profunda crisis en el sector lechero, con el cierre de más de 1.000 tambos desde que Javier Milei asumió la presidencia en diciembre de 2023. La drástica reducción de establecimientos y la caída en el número de vacas lecheras y la producción total de leche evidencian un deterioro estructural que, a pesar de las proyecciones de repunte para 2025, genera profunda preocupación entre los productores.

El sector lechero argentino atraviesa un momento crítico, marcado por el cierre masivo de establecimientos productivos. Un informe del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) ha puesto en evidencia el preocupante impacto de la coyuntura económica en esta industria fundamental para el país.
Según los datos proporcionados por OCLA, desde la asunción del presidente Javier Milei en diciembre de 2023, la cantidad de tambos en Argentina se ha reducido en más de 1.024 unidades. En diciembre de 2023, el país contaba con 10.063 tambos activos. Sin embargo, esta cifra descendió a 9.407 establecimientos a lo largo de 2024.
La tendencia negativa se mantuvo durante los primeros meses de 2025. Hasta mayo de este año, se registraban 9.039 tambos en pie, lo que significa el cierre de 80 unidades de producción de leche cruda solo en el período comprendido entre enero y mayo de 2025. La provincia de Buenos Aires, una de las principales cuencas lecheras, no ha sido ajena a esta dinámica, con el cierre de 25 tambos en los primeros cinco meses de 2025.
Impacto en el rodeo y la producción de leche
La crisis no solo se refleja en el número de establecimientos, sino también en el volumen de producción y en el stock ganadero. El informe de OCLA detalla que el número de vacas lecheras sufrió una caída significativa, pasando de 1.588.902 a 1.486.248 cabezas en 2024. Esta baja de aproximadamente el 6% en el rodeo lechero se tradujo directamente en una contracción del 6,5% en la producción total de leche a nivel nacional.
La disminución de la producción lechera impacta en toda la cadena de valor, desde los productores primarios hasta la industria láctea y los consumidores finales, quienes eventualmente podrían enfrentar mayores precios o una menor oferta de productos.
Proyecciones de repunte vs. preocupaciones estructurales
A pesar del panorama desolador, OCLA proyecta para todo el año 2025 un notorio repunte en la producción, con un crecimiento estimado del 5,7% al 6% en el volumen nacional de leche. Esta expectativa de recuperación podría estar vinculada a factores climáticos más favorables o a una estabilización de algunas variables económicas.
No obstante, diversas asociaciones de productores lecheros han manifestado su escepticismo ante estas proyecciones. Advierten que los pronósticos de recuperación no reflejan la realidad estructural del sector, que arrastra problemas de rentabilidad, altos costos de producción, dificultades de financiamiento y una fuerte presión impositiva. Para los productores, la mera recuperación del volumen de leche no garantiza la sostenibilidad de los tambos que aún operan ni revierte la tendencia de cierres si no se abordan las causas profundas de la crisis.
La pérdida de más de 1.000 tambos en menos de un año y medio no solo representa una estadística, sino que se traduce en la desaparición de unidades productivas, la pérdida de empleo rural y el impacto en las economías regionales. El sector lechero demanda políticas que generen previsibilidad y rentabilidad a largo plazo para evitar la continuidad de este deterioro que pone en jaque una actividad clave para el abastecimiento alimentario del país.