Becas Progresar: el recorte presupuestario de un 90% deja a medio millón de jóvenes sin apoyo educativo

Un informe reciente revela la drástica reducción de beneficiarios y del poder adquisitivo de las becas, con proyecciones de más recortes para 2025.

El programa Progresar, diseñado para brindar apoyo económico a estudiantes en Argentina, ha experimentado un ajuste sin precedentes desde la asunción del gobierno de Javier Milei. En apenas 15 meses, el presupuesto destinado a estas becas sufrió una caída real del 90%, lo que se tradujo en la exclusión de 500 mil beneficiarios y una merma del 44% en el poder adquisitivo de quienes aún las perciben, según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

El análisis del CEPA subraya que esta tendencia se profundizará, con una proyectada reducción adicional del 18% en el presupuesto para el año 2025. Esta proyección no solo descarta una posible recuperación del poder adquisitivo de las becas, sino que además abre la puerta a nuevos recortes en la cantidad de estudiantes asistidos por el programa.

A pesar de que la meta física para 2025 establece alcanzar 1.5 millones de jóvenes, la realidad de 2024 muestra que el programa solo llegó a un millón de beneficiarios, aun contando con un monto asignado superior en términos reales. Este desfasaje entre la meta y la ejecución real evidencia la profundidad del recorte.

La desvalorización de las becas es un punto crítico. El informe destaca que el poder adquisitivo de las asignaciones se desplomó a la mitad de su valor registrado en 2023. Esta caída se atribuye directamente al congelamiento del monto nominal de las becas a lo largo de todo el año, en un contexto de alta inflación que pulverizó su capacidad de compra. A modo de ejemplo, para equiparar el valor real de una beca de abril de 2015, los estudiantes deberían recibir actualmente $127.186 mensuales, una cifra que contrasta drásticamente con los $35 que, según el informe, cobraron en abril.

El programa Progresar, implementado en 2014, tenía como objetivo fundamental garantizar una transferencia monetaria a jóvenes de entre 18 y 24 años que estuvieran cursando estudios y cuyos hogares no superaran el ingreso de un salario mínimo. Su propósito era promover la finalización de los estudios en los distintos niveles educativos.

Actualmente, Progresar se estructura en tres líneas principales: Progresar Obligatorio, enfocada en la finalización del nivel secundario; Progresar Superior, destinada a carreras terciarias y universitarias; y Progresar Trabajo, vinculada a cursos de formación profesional. La licuación del presupuesto y la reducción de beneficiarios impactan directamente en la continuidad de estas líneas de apoyo, afectando la trayectoria educativa de miles de jóvenes en el país.

El informe del CEPA concluye que, al igual que la asignación individual, el componente presupuestario total destinado al programa Progresar ha seguido una dinámica de contracción significativa entre 2019 y 2025, reflejando una política de ajuste que compromete el acceso a la educación y la permanencia de los estudiantes en el sistema.

La drástica reducción de las becas Progresar, tanto en el número de beneficiarios como en su valor real, genera una profunda preocupación sobre el futuro educativo de los jóvenes argentinos. La continuidad de esta política de ajuste podría agravar la deserción escolar y limitar el acceso a la educación superior y la formación profesional, contrariando el espíritu original de un programa diseñado para fomentar la inclusión y el desarrollo de las nuevas generaciones.