La Generación Z marca la cancha: flexibilidad, desarrollo y propósito, las claves que exigen al volver a la oficina

Un informe revela las estrategias que las empresas deben implementar para atraer a los jóvenes profesionales a la presencialidad, más allá del salario.

La Generación Z, nativos digitales con una visión crítica y un fuerte sentido del propósito, está redefiniendo las prioridades en el mercado laboral. Para estos jóvenes nacidos entre mediados de los 90 y la primera década del siglo XXI, el salario ya no es el único factor determinante a la hora de elegir un empleo, especialmente en Argentina, donde la remuneración pierde terreno como principal atractivo.

Ante este nuevo escenario, Manpower Group, consultora líder en recursos humanos, elaboró un exhaustivo informe que detalla cómo las empresas deben adaptarse a este perfil generacional sin descuidar los derechos laborales fundamentales.

El estudio se centra en tres pilares fundamentales: flexibilidad, desarrollo profesional y cultura organizacional. Según Manpower, los esquemas de trabajo híbridos se han convertido en una condición casi indispensable para atraer y retener el talento joven.

La consultora propone una «flexibilidad inteligente», donde los empleados puedan elegir sus días de presencialidad en oficinas diseñadas para la colaboración genuina y no para el mero control de asistencia. Además, el informe subraya la necesidad de transformar la oficina en un centro de experiencias formativas, ofreciendo mentorías inspiradoras, participación en proyectos multidisciplinarios y capacitación en habilidades digitales como elementos de alto valor para los jóvenes profesionales. «No se trata solo de ‘estar’, sino de crecer en el proceso», enfatiza el documento que ya circula entre los principales reclutadores del país.

El rol protagónico de la tecnología

La tecnología juega un papel crucial en las expectativas de la Generación Z. Manpower advierte que los jóvenes que se inician en el mundo laboral perciben las plataformas obsoletas o los procesos lentos como un obstáculo significativo. La consultora recomienda una «digitalización real, herramientas colaborativas modernas y conectividad estable», insistiendo en que la infraestructura tecnológica debe ser un facilitador y no un freno.

Otro aspecto central del informe es la cultura organizacional. La Generación Z posee una aguda percepción de la coherencia entre el discurso y la práctica de una empresa. Por ello, Manpower enfatiza la urgencia de construir espacios de trabajo inclusivos, diversos, con liderazgos horizontales, canales de comunicación abiertos y un enfoque claro en el bienestar de los empleados. En este sentido, se recomienda impulsar oficinas con zonas de relax, actividades de bienestar como yoga o pausas activas, refrigerios saludables y propuestas que fomenten la conexión humana, como after offices o encuentros informales.

El futuro laboral y las «cicatrices» generacionales

Con la mirada puesta en 2030, se espera que la Generación Z acumule una cantidad significativa de habilidades diversas y transferibles. Su familiaridad con los entornos de trabajo híbridos, la inteligencia artificial y la automatización los posiciona no solo como impulsores naturales del cambio, sino también como guías para las generaciones más experimentadas. Su adaptabilidad a formatos remotos o híbridos y a empleos donde la tecnología es central los convierte en «un activo clave para las organizaciones que buscan evolucionar hacia modelos más flexibles, tecnológicos y sostenibles», afirma el informe.

Sin embargo, la inestabilidad experimentada al ingresar al mercado laboral podría generar consecuencias a mediano y largo plazo, marcando sus trayectorias profesionales con carencias en el desarrollo inicial. Tal como advierte el informe, la Generación Z podría verse afectada por lo que en recursos humanos se conoce como «cicatrices», es decir, efectos negativos en su crecimiento profesional debido a la falta de experiencia o continuidad en sus primeros años de trabajo.