El desorbitado aumento de los servicios públicos en el AMBA: Un incremento del 414% en 17 meses ahoga a los hogares
Una familia sin subsidios necesita más de $142.500 mensuales para cubrir luz, gas, agua y transporte en abril. La disparidad con la inflación general agudiza la crisis económica para los habitantes del Área Metropolitana.

El costo de los servicios públicos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se ha disparado un alarmante 414% en tan solo 17 meses, desde diciembre de 2023 hasta abril de 2025. Este incremento desmedido ha provocado que una familia tipo que no recibe subsidios deba desembolsar la considerable suma de $142.548 mensuales para cubrir los gastos esenciales de electricidad, gas, agua y transporte durante el mes de abril.
Si bien abril trajo consigo un leve respiro del 2,8% en comparación con marzo, impulsado por una disminución en el consumo de electricidad y agua, la perspectiva general sigue siendo sombría. Los costos actuales superan en un 42% a los registrados en el mismo mes del año anterior, lo que subraya una tendencia alcista persistente en las tarifas, más allá de fluctuaciones puntuales.
Un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), dependiente de la UBA y el Conicet, detalla los aumentos específicos registrados en abril. Las tarifas de gas experimentaron un incremento del 2,5% en el cargo fijo y un 0,6% en el variable. En cuanto a la electricidad, los aumentos fueron del 3,5% y 1,4% respectivamente. El transporte público dentro de la Ciudad de Buenos Aires también sufrió un ajuste del 4,4%, mientras que las líneas interjurisdiccionales mantuvieron sus precios.
La comparación del aumento de los servicios públicos con la inflación general revela una brecha preocupante. En el mismo período de 17 meses, mientras que la canasta de servicios públicos se encareció un 414%, el nivel general de precios lo hizo en un 144%. Esta marcada disparidad pone de manifiesto el impacto desproporcionado que las tarifas están teniendo en el presupuesto de los hogares del AMBA, especialmente para aquellos que no cuentan con el alivio de los subsidios estatales.
En definitiva, a pesar de la ligera disminución observada en abril debido a factores estacionales y una menor demanda, la tendencia dominante es un aumento sustancial y continuo en el costo de los servicios públicos. Esta situación representa una carga financiera cada vez más pesada para las familias del AMBA, erosionando su poder adquisitivo y profundizando la crisis económica que enfrentan. La necesidad de políticas que mitiguen este impacto se vuelve cada vez más urgente.