Intelectuales argentinos alertan sobre «normalización del brutalismo» y «destrucción del Estado»
Un nutrido grupo de figuras de la cultura, la educación y la ciencia, entre ellos Claudia Piñeiro, Cristina Banegas y Martín Caparrós, firmaron un "Llamado a las fuerzas de la tierra" en el que expresan su profunda preocupación por la deriva autoritaria y el desmantelamiento de derechos en la Argentina.

Intelectuales de diversas disciplinas alzaron su voz en un documento titulado «Llamado a las fuerzas de la tierra», donde advierten sobre la «radicalidad destructiva y perversa» del actual gobierno y convocan a construir una «agenda política integral y federal» en defensa de los derechos, la justicia social y la democracia.
El manifiesto, que continúa sumando adhesiones, cuenta con las firmas destacadas de personalidades como las escritoras Claudia Piñeiro y Griselda Gambaro, las actrices Cristina Banegas y Albertina Carri, los escritores Martín Caparrós y Juan Carlos Kreimer, y los intelectuales Eduardo Gruner y Mauricio Kartún, entre otros.
El texto comienza con un diagnóstico sombrío del presente, describiendo «tiempos de descomposición política, social, ética y cultural, sacudidos por una crisis climática acelerada y una tecno-plutocracia» sin precedentes. En este contexto global convulsionado, señalan, «la radicalidad destructiva y perversa a gran escala que asume el experimento de extrema derecha en la Argentina ha hecho sonar todas las alarmas».
Los firmantes expresan un profundo temor por el futuro del país bajo este proyecto político e ideológico «reaccionario», especialmente para los sectores más vulnerables y los jóvenes. Alertan sobre el «socavamiento y derogación» de derechos fundamentales arduamente conquistados desde 1983, tras la última dictadura cívico-militar, a través de un discurso que los «desacredita y desprecia» en un contexto de creciente desigualdad social.
El documento detalla una «política de despojo de derechos sistemática y abarcativa» implementada por el Gobierno nacional, mencionando la interrupción del suministro de medicamentos, el cierre o vaciamiento de hospitales psiquiátricos, el cuestionamiento de la figura del femicidio, la persecución o prohibición de periodistas y artistas (con especial énfasis en las mujeres), el debilitamiento de la Educación Sexual Integral, y expresiones discriminatorias del Presidente hacia la comunidad LGBTQ+.
Asimismo, denuncian la modificación «ilegal» de la Ley de Identidad de Género, la «demonización» del Conicet y las universidades públicas, y el intento de «desinstalar la política de la memoria» respecto a la última dictadura, con un discurso oficial que se alinea con los represores.
El «Llamado a las fuerzas de la tierra» también critica la «política de supresión de libertades», ejemplificada en la «militarización» del Congreso durante las protestas de jubilados. A lo largo del texto, se cuestionan los recortes en políticas públicas destinadas a mujeres y disidencias, agricultura familiar, discapacidad, pueblos originarios, derechos humanos, ciencia y tecnología, cultura e infraestructura vial.
Los intelectuales enfatizan su rechazo a la «política represiva» del Gobierno, a la que describen como la «instalación de un clima de miedo» para inducir al «oscurantismo, al pánico moral y al disciplinamiento social». «Quieren que bajemos la cabeza, que nos desanimemos, que obedezcamos, que nos callemos, que nos volvamos sumisos y cómplices. En nombre de una falsa libertad, vienen a destruir la libertad de todos y todas», sentencia el documento.
En un tono enérgico, el texto afirma que «nunca, en tiempos de régimen democrático, la Argentina estuvo tan cerca de un gobierno autocrático y de un Estado de excepción como ahora». Ante esta situación, consideran que «es la sociedad movilizada la que debe colocar límites políticos y éticos a esta ofensiva autoritaria».
El documento concluye con una crítica a la apelación del gobierno a «fuerzas divinas», contraponiendo a ellas las «fuerzas de la tierra»: «potentes movimientos sociales y corrientes culturales, en el campo de los derechos humanos, sociales, territoriales, sindicales, de género, ambientales». Desde esta perspectiva, convocan a la construcción de una agenda política propositiva e integral, basada en el compromiso con los derechos, la democracia y la solidaridad intergeneracional. «Hacemos un llamado a las fuerzas de la tierra: por la libertad, por el pluralismo, por los derechos básicos, por un reparto justo de la riqueza, por la igualdad, por la democracia», finaliza el manifiesto.