Sarampión en el AMBA: un brote que reaviva las alertas sanitarias
El resurgimiento del sarampión en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) enciende las alarmas en el sistema de salud. Con 13 casos confirmados y 300 personas bajo seguimiento epidemiológico, el brote reactiva el debate sobre la vacunación y las estrategias de prevención.

En la semana epidemiológica 11, correspondiente al período del 9 al 15 de marzo de 2025, el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires confirmó la existencia de 13 casos de sarampión en el AMBA. La situación generó la implementación de un operativo sanitario conjunto entre los ministerios de Salud de la Nación, la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires para contener la propagación del virus y garantizar el seguimiento de contactos estrechos.
En la última semana, se detectaron dos nuevos casos en la provincia de Buenos Aires. Uno de ellos corresponde a un adulto residente en Quilmes con antecedentes de vacunación, mientras que el otro es un hombre de 26 años de Moreno que había viajado recientemente a Tailandia. Hasta el momento, de los 13 casos confirmados, siete residen en la Comuna 14 de la Ciudad de Buenos Aires y seis en la Provincia, distribuidos entre Florencio Varela (cuatro casos), Quilmes y Moreno (uno en cada municipio).
Frente a este escenario, las autoridades sanitarias activaron un protocolo de vigilancia epidemiológica y vacunación. Se dispuso la aplicación de una «dosis cero» de la vacuna Triple Viral para niños de entre 6 y 12 meses y una dosis adicional para menores de entre 13 meses y 4 años. Además, se ordenó el aislamiento respiratorio de pacientes con fiebre y erupción cutánea, dos síntomas característicos de la enfermedad.
El 1 de febrero de 2025, el Ministerio de Salud de la Nación había emitido una alerta epidemiológica tras la confirmación de un caso importado: una niña proveniente de Rusia que fue atendida en un hospital de la Ciudad de Buenos Aires y que, en la sala de espera, compartió espacio con otras personas. Este episodio habría sido el desencadenante del brote actual.
El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa que puede tener consecuencias graves, especialmente en niños pequeños. Sus síntomas incluyen fiebre alta, tos, secreción nasal, conjuntivitis y una erupción cutánea que se extiende desde la cara al resto del cuerpo. A pesar de que la vacunación masiva ha reducido drásticamente su incidencia en el mundo, la baja cobertura inmunológica en ciertos sectores poblacionales genera riesgos de reintroducción del virus.
Según el Calendario Nacional de Vacunación, la inmunización contra el sarampión se realiza con la vacuna Triple Viral, que también protege contra la rubéola y las paperas. Se recomienda aplicar una primera dosis a los 12 meses de vida y una segunda a los 5 años. Para los mayores de 5 años, es obligatorio acreditar dos dosis aplicadas después del primer año de vida o contar con serología positiva. En el caso del personal de salud, se exige la misma acreditación.
Las autoridades sanitarias refuerzan la necesidad de mantener una alta cobertura de vacunación para evitar la propagación de la enfermedad. La disminución en la tasa de inmunización, ya sea por falta de acceso o por desinformación, es un factor determinante en la reaparición de brotes.
El sarampión, que en muchos países había sido erradicado, vuelve a desafiar la salud pública. La pregunta es si las autoridades podrán contener el brote a tiempo o si la falta de previsión y control permitirá que el virus siga avanzando.