Un «error» que delata: las pruebas que complican a los detenidos por la desaparición de Loan
La estrategia fallida de Pérez y Caillava los hunde aún más en el caso que conmueve al país. La justicia avanza con pruebas irrefutables y descarta las teorías absurdas.

A casi nueve meses de la desaparición de Loan, la trama se sigue desenredando, pero no gracias a los detenidos, sino a sus torpezas. Un intento fallido por plantar pruebas y la contundencia de las pericias odoríficas los dejan al borde del abismo judicial.
El paso en falso que los delata
Carlos Pérez y Victoria Caillava, dos de los principales implicados, cometieron un error que los expone aún más. Según el fiscal de la causa, Carlos Schaefer, los detenidos intentaron plantar un botín de Loan en el barro, en un intento desesperado por desviar la investigación. Pero la maniobra fue descubierta y solo sirvió para reforzar la hipótesis de que ellos lo sustrajeron y ocultaron.
A esto se suman las pruebas odoríficas realizadas en los vehículos de Pérez y Caillava, que refuerzan la idea de que Loan estuvo en sus autos. Schaefer fue tajante: “Las pruebas demuestran con grado de certeza que al menor no se lo comió un animal, no cayó en un pozo ni se ahogó. Lo sustrajeron, lo retuvieron y lo ocultaron». La versión de la jueza Cristina Pozzer Penzo, quien sugirió la posibilidad de amenazas a Laudelina, quedó desmentida por la falta de evidencia.
Prisión preventiva: el único camino posible
Ante la contundencia de los hechos, el fiscal pidió que ninguno de los detenidos recupere la libertad. “Si ya intentaron entorpecer la causa, ¿por qué no habrían de hacerlo otra vez?”, argumentó al solicitar a la Cámara Federal de Apelaciones de Corrientes que continúe con el procesamiento y la prisión preventiva.
El caso Loan es un espejo de impunidad y negligencia. Las maniobras de distracción no hacen más que reforzar la hipótesis de que se lo llevaron y lo mantienen desaparecido. La justicia, al menos en esta instancia, parece no estar dispuesta a comprar coartadas burdas ni a liberar a quienes ya demostraron que no tienen límites a la hora de encubrirse.
La pregunta sigue siendo la misma desde hace nueve meses: ¿dónde está Loan? Y lo que es peor, ¿hasta cuándo la impunidad seguirá siendo la norma?