El mercado desafía al Gobierno: persisten las dudas sobre la devaluación
El Gobierno insiste en que no habrá devaluación, pero el mercado mantiene su escepticismo. Mientras el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, niegan cualquier salto en el tipo de cambio, los inversores actúan en sentido contrario y se llevan los dólares baratos.

Desde que se anunció un inminente acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la incertidumbre cambiaria no ha cesado. A pesar de las reiteradas declaraciones oficiales desestimando una devaluación, el mercado parece no creer en la estabilidad prometida y presiona por una corrección en el valor del dólar.
El Gobierno optó por un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para evitar la discusión legislativa sobre el nuevo endeudamiento, una decisión que, en lugar de generar confianza, fue leída como una muestra de debilidad política. Esta estrategia refuerza la sensación de que la administración Milei depende exclusivamente del respaldo del FMI para sostener el esquema económico actual, lo que alimenta más dudas sobre el futuro del tipo de cambio.
En un foro de inversores, Caputo intentó disipar los temores: “Es muy común escuchar: ‘Esto ya lo vimos, esto termina mal’, y en algún punto lo entiendo porque hay similitudes con el pasado. Pero esta vez no es el mismo caso”, afirmó. Sin embargo, sus palabras no lograron modificar la percepción de que el ajuste cambiario es inevitable.
El problema radica en que la dolarización no está impulsada por los ahorristas individuales, sino por empresas e inversores institucionales que consideran que el dólar oficial está retrasado y que su valor se corregirá una vez firmado el acuerdo con el FMI. De hecho, muchas consultoras y bancos de inversión internacionales coinciden en que el Gobierno necesita reunir suficientes dólares para cubrir vencimientos de deuda y necesidades económicas, lo que inevitablemente genera tensiones cambiarias.
El mercado financiero cree que la definición de la política cambiaria es lo que retrasa la firma del acuerdo con el FMI. La intervención del Banco Central en el mercado de cambios se ha incrementado de manera significativa, con compras de más de US$ 1.000 millones en febrero, lo que muestra la presión existente sobre el valor del dólar.
Por otro lado, el Banco Central ha promovido un esquema financiero que permite a las empresas tomar créditos en dólares, venderlos en el mercado y colocar los pesos en letras del Tesoro con altas tasas, garantizando acceso al mercado oficial para repagar el crédito. Este mecanismo incrementó el endeudamiento privado hasta niveles récord, superando los US$ 22.000 millones.
El problema de fondo radica en que este modelo necesita un flujo constante de dólares para sostenerse, algo que la economía real no está generando. La acumulación de deuda y la expectativa de un ajuste cambiario configuran un escenario desafiante para el Gobierno, que enfrenta el difícil reto de convencer a los mercados de que su estrategia es sostenible.