Trabajan el triple y cobran menos: los cartoneros sufren la caída del consumo y la apertura importadora
Con salarios desplomados y jornadas extenuantes, los cartoneros enfrentan una crisis agravada por la caída del consumo interno y el aumento de las importaciones de papel y cartón. Hoy necesitan recolectar casi cinco veces más material para cubrir una canasta básica.
La economía informal atraviesa una situación crítica, y los cartoneros son el reflejo más visible de esta problemática. Mientras el precio del cartón cayó más del 50% en un año, las jornadas de trabajo se han triplicado para quienes dependen de esta actividad. Además, la apertura desregulada de importaciones profundiza la crisis.
En enero de 2024, el panorama económico pinta una realidad alarmante para los cartoneros y recicladores urbanos. El precio del cartón, que hace un año se pagaba a 300 pesos por kilo, hoy apenas alcanza los 120 pesos, según la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR). La caída en el consumo interno generó una menor disponibilidad de material reciclable en las calles, mientras que el ingreso de papel y cartón importado creció un 248% debido a la apertura de importaciones.
«Hace un año necesitábamos recolectar 920 kilos de cartón para cubrir una canasta básica, pero ahora esa cifra subió a 4.300 kilos. Es imposible llegar a fin de mes así», explica Castillo. Este incremento también se traduce en jornadas laborales cada vez más largas. «Antes llenábamos un bolsón en cinco cuadras, hoy tenemos que caminar 20 y a veces no logramos completarlo», agregó.
La situación se agrava con el aumento del desempleo y la precarización laboral. Personas que cuentan con trabajos formales también recurren a la recolección de cartón para complementar sus ingresos. «Es triste ver cómo las filas en comedores crecen cada día y las ollas populares no dan abasto. La lucha no es solo por un precio justo, sino también por dignidad laboral y conciencia sobre el reciclaje», subrayó Castillo.
Según datos de la consultora Scentia, el consumo interno cayó un 18% en diciembre de 2023, reflejando un año de contracción económica. Este descenso impacta directamente en la cantidad de material reciclable disponible, dejando a los cartoneros en una posición de mayor vulnerabilidad.
La realidad de los cartoneros expone las consecuencias de una política económica que prioriza las importaciones en detrimento de la producción local y la economía popular. En este contexto, resulta urgente implementar medidas que garanticen precios justos, fomenten el consumo interno y protejan a quienes trabajan en condiciones de alta precariedad. La dignidad laboral y el respeto por el esfuerzo de estos trabajadores son esenciales para construir una sociedad más equitativa.