Cómo influye la música en el bienestar de las madres y en el vínculo con el bebé

La musicoterapia se consolida como una herramienta valiosa para las madres, ayudándolas a gestionar emociones, reducir el estrés y fortalecer la conexión con sus hijos.

La maternidad es una etapa llena de emociones, cambios y desafíos. La música se ha convertido en una aliada clave para transitar este período con mayor bienestar emocional.

En los últimos años, la musicoterapia ha ganado popularidad como una herramienta terapéutica para acompañar a las madres durante el embarazo y el puerperio. Estudios y experiencias clínicas respaldan su eficacia en la reducción del estrés, la mejora del sueño y el fortalecimiento del vínculo entre madre y bebé.

Musicoterapia en cada etapa del embarazo

La profesora María José Oblitas, de la Universidad Juan Agustín Maza, destaca que la musicoterapia brinda un espacio seguro para que las mujeres exploren y gestionen sus emociones. Este proceso se adapta a las necesidades específicas de cada trimestre:

  • Primer trimestre: Se enfoca en acompañar a las mujeres frente a los cambios físicos, como náuseas y mareos, y las emociones asociadas a la noticia del embarazo.
  • Tercer trimestre: Se trabajan miedos relacionados con el parto y las incertidumbres sobre la vida después del nacimiento del bebé.

A través de técnicas sonoras, vocales y corporales, los musicoterapeutas ayudan a las madres a identificar y abordar sus preocupaciones de manera personalizada. Este acompañamiento no sigue una receta fija, sino que se basa en la identidad, cultura y preferencias musicales de cada mujer.

Fortaleciendo el vínculo con el bebé

La música es un puente que conecta emocionalmente a la madre y al bebé. Desde el rock hasta el folclore o el trap, los géneros que las madres disfrutan se convierten en vehículos para transmitir bienestar y autenticidad al vínculo. Además, las nanas ocupan un lugar especial: estas melodías simples y reconocibles calman a la madre y familiarizan al bebé con la voz materna, un elemento crucial para la formación del apego.

En términos sonoros, se considera también el desarrollo auditivo del bebé. En el segundo y tercer trimestre, los sonidos graves tienen mayor impacto, ya que atraviesan la estructura corporal de la madre con más facilidad. Durante el trabajo de parto, se prefieren tonos graves o intermedios para favorecer la relajación y evitar la sobreestimulación.