Una monja brasileña se convierte en la persona más longeva del mundo

Inah Canabarro Lucas, con 116 años, alcanzó este récord tras la muerte de la japonesa Tomiko Itooka. La monja reside en un convento de Porto Alegre, Brasil.

Nacida el 8 de junio de 1908 en San Francisco de Assis, Brasil, ha sido reconocida como la persona más longeva del mundo. Este título llegó tras el fallecimiento de la japonesa Tomiko Itooka el pasado 29 de diciembre, según datos de la organización LongeViQuest, especializada en el seguimiento de personas «supercentenarias».

La monja brasileña, perteneciente a la Congregación de las Hermanas Teresianas, reside en un convento en Porto Alegre, capital del estado de Rio Grande do Sul. Su vida religiosa comenzó a los 16 años en el internado Santa Teresa de Jesús, en Santana do Livramento, y luego continuó en Montevideo, Uruguay, donde tomó los votos como monja.

A lo largo de su vida se dedicó a la enseñanza de portugués y matemáticas en diversas instituciones entre ellas una escuela en Tijuca, Río de Janeiro. Posteriormente, regresó a Santana do Livramento, donde continuó impartiendo clases y desempeñándose en la comunidad religiosa.

Cleber Vieira Canabarro Lucas, sobrino de la monja, destacó a los medios que su tía mantiene chequeos médicos regulares y atribuye su longevidad a cualidades como el buen humor, el optimismo, la bondad y su profunda espiritualidad.

Inah se convierte en un símbolo de perseverancia y devoción. A través de su ejemplo, demuestra la importancia de mantener una actitud positiva y un compromiso con los valores espirituales, incluso a lo largo de una vida centenaria.

Con 116 años de vida no solo es un testimonio vivo de la historia, sino también una inspiración para todos. Su vida, marcada por la fe y el servicio, resalta el impacto de la espiritualidad y el buen humor como claves para una longevidad excepcional.