Posible escasez de yerba mate en verano: el impacto de un paro de cosecha
Un paro de cosecha convocado por productores yerbateros amenaza con provocar faltantes de yerba mate durante el verano. La medida busca presionar por un "precio digno" y la restitución de las funciones originales del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), en un sector clave de la economía argentina.
Los productores yerbateros, en su mayoría pequeños y medianos, llevan tiempo denunciando una situación insostenible. La desregulación del mercado ha generado una lucha desigual entre los cosecheros y los grandes industriales, quienes concentran la elaboración y comercialización de la yerba. En este contexto, el precio que se paga por la hoja verde, base de toda la industria yerbatera, no alcanza para cubrir los costos de producción. «Estamos atrapados en un sistema que favorece al comprador grande, mientras los pequeños productores no podemos sobrevivir», expresó un cosechero en diálogo con medios locales.
La protesta se formalizó a través de una carta enviada al gobernador de Misiones, Hugo Passalacqua, firmada por la mesa asesora yerbatera. En la misiva, se solicita una audiencia para abordar la crisis de precios y proponer «acciones conjuntas» que permitan enfrentar la difícil situación económica del sector. Además, otro grupo de productores de Comandante Andresito inició un paro de la cosecha yerbatera, instando a toda la provincia a sumarse a la medida hasta que se cumplan sus demandas: un precio justo para la hoja verde y la restitución de las funciones originales del INYM. En este marco, el diputado Julio Petterson presentó el reclamo ante el Poder Ejecutivo provincial, subrayando que «la defensa de la actividad yerbatera debe estar garantizada por ley».
El paro de cosecha coincide con el inicio de la temporada de mayor demanda de yerba mate, un producto emblemático de la cultura argentina. De prolongarse, podría generar desabastecimiento en los mercados y un aumento en los precios al consumidor, afectando tanto a los hogares como a las industrias que dependen de la yerba. La medida también expone una problemática estructural: la falta de un marco regulador eficiente que equilibre las relaciones entre productores e industriales, asegurando la sostenibilidad económica y social del sector.
La yerba mate no solo es un símbolo cultural, sino también un motor económico para miles de familias en el noreste argentino. Resolver este conflicto demanda un compromiso conjunto entre productores, gobierno y actores industriales. El llamado al diálogo es urgente. Sin soluciones estructurales, el futuro de la actividad yerbatera se encuentra en riesgo, y con él, la tradición que une a los argentinos en torno al mate.