El peligro oculto del incienso: riesgos para la salud y alternativas seguras
Un nuevo estudio revela los riesgos para la salud que supone la quema de incienso, especialmente para personas con afecciones respiratorias. Los expertos recomiendan alternativas para preservar las tradiciones sin comprometer la salud.
La quema de incienso es una práctica arraigada en muchas culturas y religiones, utilizada en ceremonias, meditaciones y celebraciones. Sin embargo, un reciente estudio, presentado en la Reunión Científica Anual del Colegio Americano de Alergia, Asma e Inmunología (ACAAI), advierte sobre los graves riesgos para la salud que esta práctica puede suponer, especialmente para personas con alergias y problemas respiratorios.
El incienso, que a menudo se asocia con ambientes de calma y espiritualidad, puede ser perjudicial para la salud debido a la cantidad de partículas tóxicas que emite al quemarse. Según el estudio, las partículas generadas por el incienso alcanzan los 45 mg por gramo quemado, en comparación con los 10 mg que produce un cigarrillo. Estas partículas, junto con compuestos volátiles como carbono, azufre, óxidos de nitrógeno y formaldehído, pueden causar graves afecciones respiratorias, dolores de cabeza, sensibilidad en la piel y reacciones alérgicas.
La doctora Mary Lee-Wong, líder del estudio, expuso el caso de una paciente de 87 años con antecedentes de asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), quien experimentaba dificultades respiratorias inexplicables. Tras una evaluación detallada, se descubrió que quemaba incienso diariamente, lo que empeoraba sus síntomas. A pesar de su reticencia inicial a dejar esta práctica, por su significado religioso y cultural, la paciente accedió a utilizar dispositivos eléctricos que simulan la quema de incienso, lo que mejoró notablemente su salud.
La quema de incienso, además de ser una amenaza directa para las personas con condiciones respiratorias, también representa un riesgo para quienes están expuestos al humo de segunda y tercera mano. Al igual que el tabaco, las partículas del incienso se adhieren a superficies como muebles y ropa, prolongando la exposición incluso después de que el humo se haya disipado. Esta exposición prolongada puede ser particularmente peligrosa para los niños y adultos mayores, grupos especialmente vulnerables a los efectos tóxicos de estos compuestos.
Además de los riesgos para la salud humana, los expertos advierten que la quema de incienso contribuye a la contaminación ambiental y puede aumentar el riesgo de incendios en hogares. Es por ello que, si bien es importante reconocer el valor espiritual y cultural que tiene esta práctica para muchas personas, los profesionales de la salud recomiendan alternativas más seguras. Entre ellas, destacan los vaporizadores eléctricos, la mejora de la ventilación en los espacios donde se quema incienso y la reducción del tiempo de combustión.