Jubilados en crisis: la canasta básica triplica el haber mínimo en Argentina
En septiembre, un jubilado necesitó más de $912.000 para no caer en la pobreza, mientras que los ingresos mínimos, con bono incluido, apenas superaron los $304.000. La brecha entre el costo de vida y las jubilaciones sigue aumentando.
La situación económica de los jubilados en Argentina se agrava mes a mes. Según un informe reciente de la Defensoría de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires, el costo de la canasta básica para un jubilado en septiembre de 2024 fue de $912.584, una cifra que triplica el haber mínimo, lo que pone en evidencia la precariedad en la que vive uno de los sectores más vulnerables del país.
El relevamiento de la Defensoría muestra que la diferencia entre los ingresos mínimos de los jubilados y el costo real de vida no deja de crecer. En septiembre, un jubilado con la jubilación mínima recibió un haber de $234.540,23 que, sumado a un bono de $70.000, totalizó $304.540. Sin embargo, esta cifra queda muy lejos de los $912.584 necesarios para cubrir las necesidades básicas, como alimentación, vivienda y medicamentos.
La actualización de los haberes jubilatorios se realiza según la inflación, pero con un desfasaje de dos meses, lo que agrava aún más la situación. En septiembre, las jubilaciones aumentaron un 4%, acorde con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de julio, en un contexto donde la inflación anual supera el 100%. Esta política de ajuste, instaurada por el gobierno de Javier Milei, ha sido ampliamente criticada, y recientemente, el presidente vetó una ley que proponía una nueva fórmula jubilatoria, aprobada previamente por el Congreso.
La Defensoría de la Tercera Edad, encabezada por Eugenio Semino, advierte que la situación es alarmante y que los adultos mayores están al borde de la pobreza extrema. “Los nuevos datos ratifican la precariedad y miseria en la que se hunde cada vez más el sector”, afirmó Semino. Además, cuestionó las políticas gubernamentales de otorgar bonos mensuales como una forma de paliar la crisis: “Son parches que resaltan el agujero que quieren ocultar”.
El panorama se complica aún más con la reciente decisión del PAMI (Programa de Atención Médica Integral) de dejar de cubrir la totalidad del costo de 44 medicamentos, lo que obliga a los jubilados a destinar más dinero a su salud, en un contexto donde la inflación sigue afectando de manera desproporcionada a los productos y servicios esenciales.
El análisis detallado del informe muestra que los gastos en alimentos representaron el 26% de la canasta básica, alcanzando los $236.873, seguido de vivienda con el 22% ($198.000) y medicamentos con el 16% ($145.268). Otros rubros como transporte, servicios y recreación también muestran incrementos significativos en relación con los ingresos jubilatorios.