Crece la preocupación por el aumento de problemas visuales en niños por el uso de pantallas

El uso excesivo de dispositivos electrónicos en niños está desencadenando una epidemia de miopía, según alertan especialistas. La prevención y control son claves para evitar futuras complicaciones oculares.

La creciente dependencia de pantallas en la vida diaria está generando serias preocupaciones en el ámbito de la salud visual infantil. Según el Consejo Argentino de Oftalmología, el 90% de las patologías oculares podrían prevenirse con un adecuado control visual. Sin embargo, el uso temprano y prolongado de dispositivos electrónicos está provocando un alarmante incremento en los casos de miopía en niños, una afección que podría derivar en complicaciones más graves con el tiempo.

La miopía, una condición que dificulta la visión de objetos lejanos, está en ascenso entre los niños que pasan muchas horas frente a pantallas. Los especialistas advierten que esta tendencia no solo es preocupante por la necesidad de corrección visual inmediata, sino por las posibles complicaciones a largo plazo. Entre las consecuencias más graves de una miopía no tratada se encuentran el desarrollo de cataratas, glaucoma, desprendimiento de retina y maculopatía, todas ellas con el potencial de llevar a una pérdida significativa de la visión.

Anteriormente, los niños solían aceptar el uso de anteojos como una parte normal de la vida. Sin embargo, hoy en día, muchos prefieren la comodidad de las pantallas y tienden a ignorar las señales de deterioro visual. Este cambio en el comportamiento visual está directamente relacionado con el aumento de los casos de miopía infantil, un fenómeno que preocupa profundamente a los oftalmólogos.

Los expertos en salud visual sugieren varias estrategias preventivas para mitigar este problema. Uno de los consejos clave es que los niños adopten la regla del «20-20-20»: por cada 20 minutos de uso de pantalla, deben mirar durante 20 segundos a algo que esté a 20 pies de distancia (aproximadamente 6 metros), como una ventana. Este simple ejercicio ayuda a reducir la fatiga visual y promueve un enfoque saludable.

Otra recomendación importante es que los niños mantengan los dispositivos electrónicos a la altura de los ojos, evitando inclinar la cabeza hacia abajo para mirar las pantallas. Esta postura no solo previene problemas visuales, sino que también ayuda a evitar dolores de cuello y espalda.

Además, los especialistas enfatizan la importancia de que los niños pasen tiempo al aire libre. La exposición a la luz natural y el enfoque en objetos lejanos son factores que contribuyen significativamente a un desarrollo visual saludable.